Revista Ciencia

El hígado

Publicado el 01 julio 2013 por Joseleg
El hígado

El hígado
El hígado es el segundo órgano más grande en el ser humano, solo siendo superado por la piel, y adicionalmente es el que posee el mayor poder de regeneración.
En el feto, el hígado es un órgano de eritropoyesis, es decir sintetiza glóbulos rojos, y posteriormente juega un papel importante en la destrucción de los glóbulos rojos y el reciclaje de sus componentes.
Una de las funciones preponderantes del hígado posterior al feto es la de filtro de toxinas, de la sangre, ya sea a través del sistema de venas porta o de la sangre sistémica.
Como glándula, el hígado segrega la bilis, la cual es liberada a los intestinos y sirve como un emulsificador de las grasas haciéndolas solubles en agua, o juntándolas en burbujas más pequeñas.
El hígado también posee una función de almacenamiento tanto de carbohidratos, como de proteínas y grasa. De hecho es en el hígado donde se segrega la lipoproteína de alta densidad “HDL” así como la lipoproteína de baja densidad “LDL”. LDL sirve para distribuir grasa por medio del torrente sanguíneo, mientras que HDL sirve para recuperar la grasa que se almacena en el tejido graso o en las paredes de las arterias y capilares. El HDL se produce cuando el cuerpo requiere de energía, es decir, durante el ejercicio para ingresarlo al ciclo de la oxidación de las grasas en el metabolismo celular.  

El hígado

Figura H-01. El hígado y el páncreas con respecto al duodeno.

Por lo anterior, el hígado es uno de los órganos más fuertemente vascularizados, siendo suplido por sangre oxigenada por la arteria hepática, aunque también tiene conexiones al sistema de venas porta que lo suplen con los nutrientes procedente de los capilares del intestino delgado.
Todos los vertebrados poseen un hígado. Dentro de los protocordados “que ya vimos” se forma un ciego bastante evidente, el cual se encuentra en la posición aproximada del hígado en el embrión. Al igual que el hígado, el ciego de los cefalocordados posee un sistema de venas porta.  

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Figura H-02. Sistema de venas porta

A groso modo, el hígado de los vertebrados es un órgano voluminoso y situado en el interior de la caja toracica dentro de las costillas. En las serpientes es bastante largo para encajar en la forma tubular del cuerpo del animal.
Aunque los detalles difieren, la estructura microscópica del hígado es básicamente la misma a través de todos los vertebrados vivos. Está compuesto por capas de hepatocitos, separados por vasos sanguíneos capilares que conectan las venas porta, las venas sistémicas y la arteria hepática.
El producto glandular más importante del hígado es la bilis que se almacena en la glándula biliar en la mayoría de los vertebrados. Sin embargo, esta glándula está ausente en los peces ciclóstomos, la mayoría de las aves y algunos mamíferos. La glándula biliar no es solo un órgano de almacenamiento, sino que también es un órgano de filtrado, esta extrae agua de la bilis concentrándola.  

El hígado

Figura H-03. La bilis

La bilis es una sustancia de color verde oscuro o café, producida por secreción de hepatocitos en el hígado. Desde allí son segregados en canales llamados canículas biliares que actúan como capilares, que luego se unen para formar los ductos biliares que depositan su contenido en la vesícula biliar. De la vesícula biliar surge el ducto biliar común que baja detrás del estómago para unirse al ducto pancreático casi llegando al duodeno “primer sección del intestino delgado”
Una vez allí lo único que detiene la secreción de la bilis y los jugos pancreáticos es el esfínter de Oddi o también llamado esfínter hepato-pancreático, que se encuentra justo en la pared del duodeno. Cuando la comida es liberada por el píloro “tercer parte del estómago” con un pH neutralizado, el duodeno segrega  colecistoquinina o CCK en la sangre por el sistema porta. Cuando CCK llega a la vesícula biliar esta se contrae y el esfínter de Oddi se abre, liberando el contenido en el duodeno.  

Figura H-04. Cálculos biliares

La bilis puede dividir sus componentes en dos clases, los dependientes de ácido y los dependientes de bilis.
Los ácidos biliares actúan como un detergente solubilizando la grasa y las proteínas no solubles en agua provenientes del estómago, aunque en el proceso se convierten en sales. Una vez que las grasas han sido absorbidas, las sales biliares son reabsorbidas y devueltas al hígado por el sistema de venas porta.
El color de la bilis se debe a un producto de excreción “una de las pocas sustancias que realmente se excretan por el ano”, y es la bilirrubina, el producto final de la degradación de la hemoglobina por parte de los macrófagos en el vaso, el tuétano óseo y el hígado.
La bilis también puede dar lugar a cálculos biliares “piedras que obstruyen los ductos” y pueden producirse en cualquier punto del circuito hepato-biliar. Se producen por una alteración en el equilibrio del colesterol y las sales biliares. Cundo existe mucho colesterol y pocos ácidos biliares, este no se procesa adecuadamente y no se absorbe. En consecuencia el colesterol se supersaturam, lo que hace que sus moléculas se insolubilicen, cristalizándose de forma sólida en piedras. Los cálculos biliares son más comunes en las mujeres que en los hombres. PRINCIPAL

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