Por : G. saiz
Se ejecutó para el izamiento de la bandera en la Villa, ante 180 atletas y dirigentes, a tres días para el comienzo de la actividad; 467 deportistas conforman la representación nacional
¿Será agua bendita para los deportistas? El chaparrón arreció justo cuando la delegación se aprestaba a presenciar el izamiento de la bandera celeste y blanca en la zona internacional, contigua a la Villa Panamericana. Entonces, los 180 atletas y los dirigentes salieron rápido a resguardarse a un tinglado blanco que sirve de protección en medio de la plaza.
Bajo techo, los aplausos y los gritos retumbaron cuando Dominique Grant, embajadora-voluntaria de la Argentina, brindó la bienvenida formal a la delegación: "Mi casa es su casa", prometió la morena en un español zigzagueante.
Y enseguida llegó el acto con la bandera en el cielo y las estrofas del Himno, el primero en sonar entre los 41 países participantes.
Con sonrisas y mucha expectativa, se puede decir que nuestro país ya está oficialmente en los Juegos Panamericanos, aunque el desembarco en la Villa y en las distintas subsedes viene progresando desde hace unos días.
Todavía hay que atender distintos inconvenientes: un equipaje que queda varado en algún aeropuerto, un pasaje a destiempo, pero mayormente todo fluye mejor que en Guadalajara 2011, los anteriores Panamericanos, en los que salían a la luz varios desajustes logísticos. Diego Gusmán, jefe de la misión argentina, nota la diferencia: "Es muy superior acá, porque también son mejores los servicios de transportes que en México", comentó, luego de que la organización le entregara una réplica de la antorcha panamericana. Mañana llegará una oleada de cien deportistas argentinos más a la Villa, ubicada en West Don, a lo largo de la calle Front Street, entre Bayview Avenue y Cherry, muy cerca del lago Ontario. Los nuevos huéspedes se encontrarán con muchos atletas que ya se mueven con comodidad en el complejo de 324.000 m2, como el gimnasta Federico Molinari, las mellizas de nado sincronizado Etel y Sofía Sánchez, el equipo de tenis comandado por Martín Vassallo Argüello y los protagonistas de patín carrera y el waterpolo, entre otros. Mientras tanto, en otras subsedes ya se entrenan y descansan los deportistas de remo, canotaje, mountain bike, equitación, las chicas de fútbol y los integrantes de tiro.
El número de atletas argentinos en Toronto 2015 es definitivo: 467, inferior a los 486 que formaron parte de la cita en tierra mexicana hace cuatro años.
Sobre ese componente humano hay una proyección inamovible entre los dirigentes: superar el número de 80 medallas e intentar recolectar cinco más que en Guadalajara, donde hubo un total de 75 preseas.
Si el objetivo se mide en oros, la empresa es más complicada, porque hay que romper la barrera de las 21 de la anterior cita.
La obsesión es el sexto puesto, y allí la puja será desbancar de ese lugar a Colombia, dueña de 84 medallas en México. Este duelo mano a mano presentará una dificultad mayúscula, porque los cafeteros refuerzan su poderío en cada gran cita.
En el transcurso de la tarde, los chaparrones aislados se transformaron en una lluvia torrencial.
Poco le importó el agua al Rogers Centre, un majestuoso domo con techo retráctil que albergará pasado mañana la fiesta inaugural de los Juegos Panamericanos.
Mientras tanto, ya surgen advertencias a los conductores de autos y a los ciclistas respecto de calles cerradas al tránsito. Se bloquean algunas arterias y se recomienda bajar las velocidades, debido al drástico aumento de peatones en la ciudad.
A cambio del trastorno cotidiano, tanto en tiempo como en espacio para circular, los organizadores les proponen a los "torontonians" entregarse al disfrute de los fuegos artificiales del día de la inauguración. Se verá si esa propuesta alcanzará para olvidar enojos y encender, por fin, la pasión panamericana.
-ADN de Atletas-