Revista Cine

El hombre de acero, así se forja un héroe

Publicado el 27 junio 2013 por Cineenserio @cineenserio

Dicen que las comparaciones son odiosas, y en el caso de El Hombre de acero no puede estar más acertada la afirmación. Entrar a ver El Hombre de acero sin pretensiones y no caer en la comparación con el Superman original es una tarea nada fácil, pero hay que hacerlo.

El hombre de acero no es una película perfecta, eso es casi imposible hoy día, sin embargo creo fervientemente que se acerca y que, sobre todo, consigue lo que se podría esperar de una película de superhéroes: es espectacular, tiene momentos emotivos y un villano con garra y al final ganan los buenos (¿spoiler?).

Nadie debería dudar de la espectacularidad de El hombre de acero. La primera escena donde se nos narra el nacimiento de Kal-El y el final de la civilización en Krypton es larga y tediosa, pero a la vez espectacular. Otro ejemplo es la pelea de Superman con los hombres de Zod en Smallville, aunque esta me recordó específicamente a la batalla que ocurre en Thor. Y finalmente el ejemplo más claro, la lucha a muerte en Metropolis, acribillando a cientos de civiles (aunque no se ve) y destruyendo por completo la ciudad.

hombredeacero

Ejemplos de escenas emotivas hay también unas cuantas y creo que aquí es donde la película más me ganó. Tengo que reconocer que se me saltaron las lágrimas en algunos momentos, como por ejemplo en los flash de Clark (estupendo recurso narrativo) y como no la escena de la muerte su padre, donde tiene que contenerse y verlo morir para que así no se descubra su gran secreto.

Sin embargo lo que más me gustó es todo el desarrollo del personaje de Clark hasta convertirse en Superman. La escena más determinante para mi gusto es la del bar en la que el redneck humilla literalmente a Kent y este se contiene, se resigna y se va. En ese preciso instante es cuando Clark comprende que lo que tiene es un gran poder, y también una gran responsabilidad. Todo esto sumado al momento en el que se encuentra con su padre biológico y comprende todo lo que su esencia representa y cual debe ser su objetivo en la vida.

Cierto es que El hombre de acero no es una película carente de fallos. Por ejemplo su larga e innecesaria duración o su falta de color. También su continuo tono de solemnidad, claramente influenciado por el toque Nolan y sobre todo el hecho de que las pocas referencias al nombre ‘Superman’ fuera en tono jocoso, como si ese nombre no tuviera sentido.

También hay que reconocer que es una película muy madura y que encumbra el cine de superhéroes hacia cotas muy adultas, algo claramente relacionado con la presencia de Nolan en la cinta. Estamos en el 2013 y el cine ha evolucionado mucho desde que en el 78 viéramos al primer Superman y esto debe estar marcado en la película. La película de Superman original era algo ingenua porque la sociedad y el público de la época lo eran. Hoy día sería un error hacer una película ingenua y por eso nos encontramos con ese tono serio durante todo el metraje, aunque en este caso se ha respetado la ingenuidad del personaje de Clark.

Con respecto a las interpretaciones y centrándonos en la de Cavill como Clark Kent/Kal-El/Superman y Michael Shannon como Zod solo puedo decir que en el caso del primero estamos ante una actuación correcta, respetando la personalidad del personaje y en el caso del segundo y como era de esperar estamos ante algo sublime y para mi gusto uno de los villanos más potentes que he visto recientemente en el cine.

Ojalá El hombre de acero abra la veda para que nos vengan muchas películas de superhéroes de DC, con este marcado tono, y así poder disfrutar de esta compañía relativamente desconocida en un mundo regido por las películas de Marvel. Estoy seguro que la competencia en este ámbito nos va a venir muy bien.


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