Soy fan acérrima de los superhéroes en la pantalla grande, y si hay un superhéroe que me gusta es Superman (como ya sabéis, algo obvio que ni siquiera tendría que mencionar) y tras la fallida Superman Returns (a mi me gustó bastante contra todo pronóstico) había que reinventar el mito si o si y más en la época en la que estamos, en la que casi todos los superhéroes llevados al cine son taquillazos con mas de 1000 millones de dólares recaudados (o acercándose a esa cifra). Por lo tanto, han cogido a uno de los iconos del imaginario colectivo y lo han reinventado (o rebooteado, o como queráis llamarlo) y eso ha dividido a partes iguales a público y crítica. Por eso os encontraréis que os gustará u odiareis esta reseña, pero como siempre digo, para gustos….los colores y de ahora en adelante, muuuuchos SPOILERS.
Si, han cogido a Superman y lo han hecho un héroe nuevo, más acorde a los años que corren, con sus pros y sus contras, por supuesto, pero creo que esta vez pesan mas los pros que los contras que podemos encontrarnos a lo largo de la película, que son unos cuantos y que no voy a dejar de comentar más adelante (como la dichosa cámara en el hombro o ese elevado sonido donde aseguro que he oido todos y cada uno de los cristales que se han roto), pero es que la película en conjunto es tan redonda, que hasta podemos obviar algunas cosas que no son ni de coña “tipical Superman”.
Snyder no se ha contenido en ningún momento a la hora de rodar el nuevo Hombre de Acero, ni en los “momentos fuertes”, que los hay y muchos, ni en los más intimistas, que también los hay, sobre todo en la primera parte de la película con esos flash-backs que nos enseñan la infancia de Superman y como su padre adoptivo (un desmejoradísimo Kevin Costner) intenta a toda costa, que el pequeño Clark mantenga su identidad en secreto, dejando morir si es necesario a la gente (hombre por favor, un capón de mi parte al guionista por esta ofensa).
Snyder se deleita con el planeta de origen de Superman y todo lo que allí acontece en sus momentos finales, desde la muerte de Jor-El (un grandísimo Russel Crowe) a la salida programada del último hijo de Krypton y la condena de los villanos a la Zona Fantasma, para pasar más tarde a un Clark Kent ya crecidito en La Tierra y los problemas de adaptación de un dios, en el mundo de los mortales. Y todo perfectamente hilvanado con la grandiosa y potente BSO de Hans Zimmer que no me canso de oir (y a la que por fin ayer pude poner imágenes).
Más tarde vendrá el encuentro con Lois Lane, los militares, el General Zod y sus secuaces y se desencadenará poco a poco el infierno hasta llegar, primero a Smallville como zona de batalla para terminar en Metrópolis con muerte y destrucción a mansalva. Vaya palizas que le dan al pobre Superman, porque en el film, por primera vez, se “las come dobladas” una y otra vez, enseñándonos que Superman también puede caer y no es tan “dios” como se nos ha hecho creer desde 1938, que tiene sus debilidades y que finalmente, si quiere que haya paz, tendrá que tomar decisiones difíciles “matando” (o asesinando, vosotros mismos) a su némesis.
Y es que el General Zod (Michael Shannon), es el mejor villano que ha parido la franquicia Superman en toda su carrera televisiva-fílmica (de momento). Es malo maloso hasta sus últimas consecuencias, incluso cuando le han quitado todo aquello por lo que lucha (totalmente aceptable cuando tu DNA se ha modificado para que seas un soldado perfecto con unos ideales arraigados en todas y cada una de tus células) y sus secuaces, son igual de contundentes y desalmados, todo un acierto en la película.
Como digo, Shannon lo borda como la némesis de Superman, pero es que todos, en mayor o menor medida, realizan un trabajo a la altura de sus roles. Amy Adams es la primera Lois que no parece lela en cuanto a su profesión se refiere, ya que no se limita a escribir artículos para ganar el famoso Pulitzer, aunque no entiendo muy bien que hace una periodista colaborando tan “mano a mano” con los militares en un asunto de estado, donde se juega la posible supervivencia de la raza humana (mal, muy mal, ya puestos a cambiar, que se la hubiese cambiado la profesión…..). En definitiva, una Lois con mucha personalidad e incluso más peso que anteriores películas. Lo mismo que ocurre con los padres de Clark o Kal-El. Tanto Martha y Jonathan, como Jor-El y Lara (aunque sobre todo Jor-El y Martha) tienen mucho más peso en este Hombre de Acero, siendo a veces los hilos conductores del pasado de Clark así como del pasado de Krypton. Un 10 para Russel Crowe y Diane Lane en sus respectivos roles.
Y no podía dejar de hablar del nuevo Clark Kent o Kal-El, Henry Cavill, que encarna al último hijo de Krypton y que hace que me pregunte que qué es lo que come este chico, porque como Superman da el pego a la perfección. Ahora mismo, mientras escribo esta reseña, ando viendo Superman de Donner, y en serio, adoraré al Superman de Christopher Reeve hasta que me muera (incluidas la tercera y cuarta pelicula, por muy malas que digan que son), fue él, el que hizo que me gustara tanto el cine y sobre todo los superhéroes, pero es que Cavill se le acerca bastante, esa pose, esa forma de luchar, esa sonrisa…… No estaba yo muy convencida con la elección de este hombre (recordaba bastante bien al hijo de Modego en El Conde de Montecristo o al sosainas de Stardust), pero me retracto completamente de mis anteriores comentarios, es un Superman estupendo para el siglo en el que estamos y ese nuevo traje……si me cabree con algo de esta nueva adaptación era el traje, pero “madredelamorhermoso”, los trajes, tanto de Superman, como de Jor-El o Zod y sus “amigos” son perfectos. Las mallas se han quedado anticuadas.
Pero, no todo es bueno, como ya dije. La cámara al hombro, me cansa un poquito, que si, que yo quiero ver lo que sucede como si estuviese alli, pero de eso a que haya partes en las que me sea bastante difícil seguir la pelea….pues como que no. Igual que el sonido, tantos edificios con tantísimos cristales, viniéndose abajo con ese sonido tan “atronante”, pues igual, demasiado cansino y a veces hasta doloroso para los oídos. Y dejando el apartado técnico con lo “malo” de la película, vayamos a lo que es la película en sí. Laurence Fishburne se limita a posar, pero es que el papel de Perry White en esta ocasión no da para mucho mas.Hecho muchísimo de menos que Superman se preocupe por los humanos cuando lucha, si si, muchas calles destrozadas, muchos rascacielos cayendo, pero ¿y la gente? o es que solo hay gente en el Daily Planet momentos antes de que Metrópolis sea destruida o en la estación cuando Zod amenaza con matar a la familia que les ha pillado en el peor momento y en el peor lugar para estar.
¿Como es posible que Jonathan Kent le diga a Superman, si si, Superman, que deje a la gente morir para que no descubra su identidad secreta, cuando en toda la película carece de ella? ¿O que haga ir a su hijo con su mujer para rescatar al perro (eso si, bien) en lugar de que sea su hijo el que vaya a rescatar al perro y el se quede con su mujer?? Vamos por favor, para eso, mejor que no hubiese salido!!!!! O tanto militar durante el filme. Y por último y no menos importante, la identidad secreta y Superman, Lois en el cementerio de Smallville frente a la tumba de Jonathan Kent cuando se presenta Clark, al que no hace más que llamarle Clark, al que los militares directamente llaman alien y alguien, le pone así como así, Superman en el último tercio de la película……. En fin, sin comentarios con respecto a esto.
En definitiva, y a pesar de mis párrafos anteriores, BRUTAL, TREMENDA, ESCALOFRIANTE a veces, ESTUPENDA la mayor parte del tiempo, llena de todo lo que se puede esperar de un blockbuster. Snyder se ha resarcido de sus trabajos anteriores haciendo que Superman, sea de nuevo, el héroe por excelencia, el que siempre debió ser pero que había quedado en el olvido con tanta buena adaptación de Spiderman, Batman y Vengadores (y que conste que adoro todas y cada una de ellas, sean de Marvel o de DC Comics). Superman ha vuelto y lo hace para quedarse. Y me da igual que la película no sea oscura como las Batman de Nolan (no lo esperaba, es Superman), o que le falte humor en plan Spiderman, Iron Man o Vengadores (tampoco lo esperaba, no es Tony Stark sino el pobre e inocenton Clark Kent).
No me esperaba lo que vi, desde luego, pero por eso quizás cumplió mis expectativas ampliamente y las superó por goleada, porque me enseñó a mi superhéroe favorito de toda la vida desde una nueva perspectiva. No veo el momento de que llegue Man of Steel 2, y espero que sea mejor que esta primera parte de la que aún se pueden corregir algunas cosillas.
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Karelia