Revista Cultura y Ocio
Foto: Johnnie Walker España
Tiene cara de rural. De seriote. De ermitaño enfurruñado. De malo malísimo. De perturbado mental. "Hola, qué tal". Saluda con voz profunda y grave. No sé de dónde le sale. Es recia, pero tiene un punto de confianza que me hace abandonar la progresión geométrica de calificativos tétricos en la que se había afanado mi mente calenturienta.
Da la mano con contundencia. Y mira a los ojos. No le importa que le hagas cambiar de asiento. Ahora te pregunto aquí. Ahora, en ese otro lado. Allí, en el patio de butacas. ¿Aquí? No, mejor allí. ¿Aquí entonces? Sí, así está bien. Pero ojo, que Luis Tosar no es dócil, sólo buena gente.
Se pone una chaqueta de lana, como de abuelito, y se calza unas deportivas que hacen aflorar su lado más grunge. Toma un café cortado mientras espera que se coloque la cámara y desparrama la vista por los palcos del Teatro Lara. Me cuenta que allí no ha actuado, pero que le gustaría. "Tiene mucho encanto", dice.
Lanzo la primera pregunta y me doy cuenta de que me mira fijamente. Y entiendo que el magnetismo, ése que dicen es su secreto, el arma invisible que se esconde bajo sus cejas superpobladas, es algo que va con él, que no finge ni sazona para convertirse en tal o cual personaje. Lo lleva dentro. Le sale de las pupilas y va directo a las pupilas de quien le mira. Y todo su discurso queda pequeño comparado con las palabras inaudibles que emergen bajo un maremágnum de iris verde y cejas negras, machacando a todo el que tiene enfrente.
Guapo no es, pero sí atractivo. Cautiva. Quizá porque es él. Porque se da en cada palabra. En cada gesto de su vida. Porque pasa de laureles. Porque sabe que la gloria es efímera y que tiene que aprovecharla para ayudar a los demás. Para devolver parte de lo recibido.
Foto: Implicadas no Desenvolvemento.
Por eso la palabra "solidaridad" no es en su vocabulario una sucesión de letras vacías. Es una consecuencia de su manera de ser. De su personalidad. De su compromiso. Además de participar de manera constante en causas políticas y sociales, Tosar no sólo es carne de manifa: se vuelca con una modestísima ONG de su Galicia natal, Implicadas no Desenvolvemento, y con los que quieren hacerse un hueco en las cortantes y traidoras tablas de la escena española, en este caso a través de Keep Walking Project, una iniciativa de crecimiento personal con el respaldo económico -y publicitario- de una importante multinacional de bebidas espirituosas -o sea, whisky y similares-.
El dinero al servicio de las personas. Es el ideal -o uno de ellos- de Tosar. Porque lo que le hace grande es su actitud. Por eso pasa de Hollywood. Que aprenda Bardem.
Pincha aquí para ver la entrevista que concedió a laSexta Noticias.