La noticia saltaba poco antes del descanso del partido de cuartos de la Copa entre el Blancos de Rueda Valladolid y el Power Electronics Valencia. Sonaba a ciencia ficción, pero desgraciadamente también sonaba muy real. Jerry Sloan iba a dimitir como entrenador de los Utah Jazz y junto a él Phil Johnson, su asistente principal durante los 23 años que el mítico dorsal 4 de los Bulls pasó al frente de la franquicia de Salt Lake City.
La situación en el equipo no era buena. La muerte del mítico propietario Larry H. Miller supuso que su hijo Greg se hiciera cargo de la propiedad y decidiera ejercer política de ahorro económico. En Febrero del año pasado el General Manager Kevin O'Connor traspasaba a Ronnie Brewer a cambio de una primera ronda del Draft. Deron Williams y Carlos Boozer lanzaban el grito al cielo. En verano, tras una nueva derrota frente al eterno rival de Conferencia, Lakers, en Playoffs, salían del equipo el propio Boozer junto a Kyle Korver y Wesley Matthews. El proyecto de los Jazz perdía fuerza y la competitividad del equipo disminuía.
Esta temporada las tensiones en el equipo aumentaban. La mala racha de resultados del último mes y medio provocaba rumores acerca de una petición de traspaso por parte de la estrella, Deron Williams. Al parecer el base explicó a General Manager y propietario que no renovaría si continuaba Sloan. El pasado miércoles noche, en el descanso del partido entre Bulls y Jazz se produjo una fortísima discusión entre Sloan y Williams que terminó por empujar al mítico "coach" a tomar la decisión de dimitir. Las explicaciones en la rueda de prensa no hacían referencia a ningún motivo relacionado con los jugadores: "he tenido problemas con los jugadores desde que llegué a la Liga", argumentaba. "Me voy porque estoy agotado". Sus palabras entre lágrimas durante la rueda de prensa eran sinceras.
Jerry Sloan llevaba desde 1988 siendo entrenador jefe de los Jazz. Con él en el banco el equipo sólo faltó dos veces a su cita con los Playoffs y jugó dos finales de la NBA y varias finales de Conferencia. Jerry Sloan protagonizó junto a Chuck Daily el crecimiento de un estilo de juego que imperó en la NBA de los 90, el de las defensas férreas al límite del reglamento y los ataques controlados. Junto a Stockton y Malone sacaron brillo a una jugada, a priori sencilla, y que convirtieron en indefendible: el pick and roll. Supo sacar provecho de jugadores que nunca tuvieron la importancia que él les dio en la Liga. Hizo jugador de NBA a gente como Howard Eisley, Jeff Foster, Shandon Anderson o Adam Keefe, el cual fue pívot titular varios partidos de las finales del 98. Sólo su equipo de toda la vida, el equipo de su tierra, los Bulls de Jordan, Pippen y Jackson le apartó de la gloria de un anillo. Se retira Jerry Sloan como el entrenador con más victorias de la historia con un mismo equipo y el tercero en el cómputo general con más de 1200 victorias entre sus años en Jazz y Bulls. Un entrenador que supo adaptarse a los nuevos tiempos y pasó a entrenar a uno de los equipos que más puntos anotaba y que se marcha sin ningún título de Mejor Entrenador de la temporada (al contrario que Hubie Brown, Sam Mitchell o Mike Brown). La gente se pregunta a veces si la carrera de Malone sería lo mismo sin la de Stockton y viceversa, pero es más difícil pensar qué parte de culpa tiene el propio Sloan sobre la carrera de ambas leyendas.
De momento Sloan no se marcha solo. Con él se va también Phil Johnson, el que durante dos décadas ha sido considerado como el mejor entrenador asistente de la NBA. Johnson es la imagen que siempre acompañó a Sloan, quien le sustituía temporalmente cuando éste era expulsado por técnicas o cuando se ausentaba por problemas personales, como la muerte de su esposa. Ambos llegaron juntos a Utah y se marchan juntos. Le sustituirá de momento Tyrone Corbin, un ex jugador de los Jazz (entre otros equipos) y que llevaba varios años como asistente y había sido pretendido por varios equipos este verano.
Se marcha Jerry Sloan como el hombre que hizo de los Jazz uno de los mejores equipos de los 90 en la NBA. Un entrenador que ha batido auténticos récords de permanencia en un banquillo profesional estadounidense. El hombre que hizo soñar a un estado entero con que el equipo de la ciudad más pequeña de la NBA pudiera coronarse como el mejor equipo del mundo, de lo que sólo le separó un equipo de leyenda. Unos Bulls donde se hizo mito como jugador, donde comenzó como entrenador y ante el equipo contra el que ha dirigido su último partido NBA, el equipo donde juega Boozer, Korver y Brewer. Esperemos que tanto a Sloan como a Johnson los Jazz les homenajeen como deben, pero de momento se hará muy difícil ver el banquillo del equipo sin él. Hasta siempre, entrenadores. Y gracias por los recuerdos.