El hombre que ya no soy. Salvador Navarro.

Podríamos decir que mi relación con los libros de Salvador Navarro ha ido in crescendo. Lo conocí en una presentación y desde ahí lo he ido siguiendo y leyendo, pues la persona que hay detrás de los libros me parece también de lo más interesante. Hace unos meses avisaba sobre la existencia de una nueva novela. Por aquel entonces no tenía ni título, y dejó que los lectores participáramos en su elección, jugando también a las adivinanzas con algunos personajes. Ni que decir tiene que no acerté ni una, y es que la intuición no es mi especialidad, pero fue despertando mi curiosidad, hasta que por fin el libro vio la luz.
Avalado por un bloguero y también amigo al que aprecio muchísimo, tenía muchas ganas de leer "El hombre que ya no soy" y desde ya os adelanto que es la novela que más me ha gustado de las que le he leído al escritor sevillano.
La sinopsis, que se queda muy corta, nos habla de Elisa, una chica licenciada en Derecho y en Filología inglesa a quien la vida (o más bien sus elecciones personales) lleva por otros derroteros más oscuros. La encontramos en el aeropuerto, lista para seducir a algún hombre y sustraerle los datos de su tarjeta de crédito. Es allí cuando, inesperadamente, ve llegar a Roberto, un hombre atractivo, un ejecutivo de éxito que regresa de un viaje para enterrar a su hermano pequeño, y que se abraza de forma desesperada a su madre al encontrarla esperándole allí. Elisa queda atrapada en ese abrazo ajeno y querrá saber más sobre ese hombre... 
A partir de ahí iremos conociendo a los diversos personajes, tramas y subtramas de la novela, porque Elisa no es más que el punto de partida para introducirnos en una novela coral con elementos de novela negra, con aire reflexivo y toques intimistas. El libro se estructura en capítulos cortos donde predominan los diálogos, agilizando la lectura.
Nuevamente muestra Salvador su solvencia en varios aspectos que ya considero parte de su sello personal: crea varios hilos argumentales complejos, los desarrolla y los encauza (con algún giro y sorpresa inesperada) hacia un desenlace lógico y coherente (aunque no siempre sea el que habría deseado el lector).  De igual modo, da vida a un abanico de personajes, protagonistas y secundarios, con una carga psicológica y una fuerza que no te dejan indiferente (destacando, para mi gusto, Alfredo y Fidel), y logra una perfecta  ambientación, ya sea en una Sevilla marginal o en una más pudiente, ya hable de tráfico de drogas o de la alta corrupción financiera.
 Y bueno, me gusta el mensaje que lanza de no culpar al pasado de lo que nos sucede en el presente. Siempre hay opciones. Solo tengo una pega, un "pero" que me ha extrañado siendo el autor tan minucioso en su trabajo, y es que hay un personaje que, de buenas a primeras, desaparece. No sucede nada, simplemente deja de aparecer. No es un personaje principal, no impide que la novela quede cerrada, pero sí que me ha chocado que no aparezca en determinados momentos que requerían su presencia. Seguramente exista alguna explicación, pero yo no la he encontrado. No obstante, mi satisfacción con esta lectura no se ha visto mermada. Mis expectativas se han visto sobradamente superadas.