La confección de prendas ceñidas al cuerpo seguramente fue crucial para la supervivencia de las poblaciones paleolíticas que vivían en una era de ambientes muy fríos, hace unos 40.000 años. Sin embargo, aún no se conocían con exactitud las herramientas y técnicas utilizadas por las poblaciones auriñacienses -humanos anatómicamente modernos que convivieron con los neandertales - para fabricar prendas en pieles, miles de años antes de la aparición de las agujas con ojo, como las actuales, pero en hueso, en el territorio europeo.
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Burdeos junto a colegas de la Universidad de Barcelona, liderados por Luc Doyon, informan del descubrimiento de una tabla de perforar cuero, encontrada en Terrasses de la Riera dels Canyars de Gavà, en Barcelona.
El objeto es un fragmento de pelvis de un gran mamífero, probablemente un caballo o un bisonte, con 28 perforaciones en su parte plana, y con una antigüedad de más de 39.000 años, que explicaría cómo cosían trajes más ajustados en cueros gruesos.
Hasta el presente, según un comunicado del equipo francés, se había asumido que la época de la invención de las agujas para enhebrar podría haber coincidido con la aparición de indumentaria entallada, incluso aunque esta herramienta no parecía lo suficientemente resistente como para perforar repetidamente el cuero.
Por otro lado, las agujas de hueso con ojo constituyen una tecnología relativamente reciente, ya que las primeras aparecieron hace entre 45.000 y 35.000 años, en Siberia y el norte de China, y, apenas unos 26.000 años atrás, en Europa. De ahí la pregunta sobre qué técnicas de costura usaban los pueblos prehistóricos antes de la invención de las agujas.
Consultado por SINC, Doyon, investigador del Centre National de la Recherche Scientifique ( CNRS) de Francia, expone: "Tras el descubrimiento del intrigante objeto en Canyars, llevamos a cabo análisis microscópicos y diseñamos un protocolo experimental destinado a comprender qué útiles pudieron producir esas marcas, así como su origen más probable".
Con esta prueba, los científicos pudieron constatar que era posible realizar señales idénticas perforando un cuero grueso para hacer "una línea de puntos necesaria para la fabricación de objetos impermeables en cuero", en palabras del investigador. "Curiosamente, esta técnica coincide con la que hoy emplean los zapateros en las sociedades tradicionales", agrega.