La Unidad de Gestión Clínica de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Regional de Málaga ha editado la primera Guía de Práctica Clínica que se publica a nivel nacional sobre el tratamiento de la espasticidad, o alteración del tono muscular, con toxina botulínica de pacientes con patología neurológica. La guía propone un modelo de actuación multidisciplinar que sirva de herramienta de trabajo a los profesionales sanitarios involucrados en dicho tratamiento, como neurólogos, neurocirujanos, rehabilitadores, traumatólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, técnicos ortopédicos y médicos de familia.
El documento es un instrumento de fácil manejo para el conocimiento del empleo de la toxina botulínica, cuyo objetivo es facilitar la unificación de criterios terapéuticos, que estén disponibles en los diferentes centros sanitarios y alcanzar así la mayor eficacia técnica y seguridad en el tratamiento del paciente.
Además de contemplar aspectos específicos sobre la patología neurológica, valoración clínica, tratamiento e indicaciones de la toxina botulínica, la guía hace hincapié en la espasticidad infantil por la importancia que supone un abordaje precoz con terapias no agresivas en la mejora del pronóstico a corto o largo plazo, evitando o retrasando los tratamientos quirúrgicos, en los niños.
Se incluyen, además, recomendaciones basadas en la evidencia científica, así como escalas para realizar una correcta selección y evaluación de pacientes a los que se ha de administrar toxina botulínica, fórmulas para establecer los objetivos que se han de alcanzar de manera individualizada con cada paciente y métodos para valorar la evolución de la patología y resultados del tratamiento.
Desde hace unos 15 años, la Unidad de Espasticidad de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Física y Rehabilitación utiliza la toxina botulínica para el tratamiento de la espasticidad, tanto en adultos como en niños y, desde hace cuatro años, disponen de un protocolo clínico para pacientes con alteración del tono muscular.
La alteración del tono muscular, entre otros síntomas, produce pérdida de movilidad, rigidez, contracturas y dolor que en muchas ocasiones imposibilitan a los pacientes realizar tareas de la vida diaria. El tratamiento con inyección intramuscular de toxina botulínica, complementario a la terapia con fármacos y ejercicios de rehabilitación, mejora la calidad de vida de los pacientes, alivia la sintomatología y sirve como medida preventiva para evitar su aparición.
En la actualidad, una de cada 100 personas en España padece espasticidad, como consecuencia de un accidente cerebro-vascular o de un traumatismo craneoencefálico, aunque también se presenta en la evolución de otras enfermedades del sistema nervioso central. En el caso de los menores, son los niños con parálisis cerebral quienes sufren este tipo de secuela neurológica con mayor frecuencia.
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