Existen microparásitos son pequeños y extremadamente numerosos, se multiplican dentro del huésped y por lo general lo hacen dentro de las células del huésped, por lo tanto se relacionan con el metabolismo. El objetivo es realizar una pequeña instalación hotelera que respete el entorno amurallado de Portobello (Panamá). La propuesta planteada propone un edificio parasito adosado a la muralla de la localidad, que funciona como un andamio colgado de la misma, con la única intervención de unos pequeños puntos de apoyo que sustentan las costillas estructurales. El hotel tiene un carácter de mutable y ampliable, que crece a lo largo de cualquier paramento, colonizándolo e invadiéndolo, pero sin afectar nunca a su configuración original. Este sistema permite emplazarse en el lugar más privilegiado de la Bahía, potenciando las vistas hacia el horizonte, generando una instalación exclusiva y aislada del bullicio turístico de la parte superior de la muralla. El hotel se articula principalmente como un recorrido, una secuencia de umbrales, tras cada costilla macizada con un material semi traslucido nos encontramos otra nueva costilla con una configuración muy distinta a la anterior y a la posterior. En el interior de este recorrido se producen un conjunto de visuales, que en algunas ocasiones nos permiten intuir lo que va a suceder en nuestro paseo por el interior, pero que en otras ocasiones produce un estado de incertidumbre a la hora de conocer hacia donde nos dirigimos o donde vamos a terminar nuestro recorrido. Son unos pocos metros los que separan unas estancias de otras, sin embargo en la transición entre estos habitáculos, el sistema sensitivo se ve continuamente afectado por las variaciones materiales y lumínicas que se van sucediendo en el interior, es un recorrido por una de las arterias de el hotel hasta alcanzar el corazón del mismo.