Revista Ciencia

El Hubble espía la formación de una joya celeste

Por Marathon

El Hubble espía la formación de una joya celeste

Imagen de alta resolución
Esta imagen fue creada a partir de imágenes tomadas a través de filtros amarillo (F606W, color azul) e infrarrojo cercano (F814W, color rojo), empleando el canal de alta resolución de la Advanced Camera for Surveys (ACS). Los tiempos de exposición fueron de 1280 segundos y 200 segundos, la imagen abarca un campo de 25 segundos de arco. Crédito: ESA / Hubble y la NASA
El Hubble ha utilizado su Cámara ACS para examinar detenidamente la extraña nube de gas y polvo que envuelve una estrella al final de su vida, un fenómeno de corta duración conocido como nebulosa preplanetaria.
Estos fascinantes objetos celestes ofrecen a los astrónomos una oportunidad de observar las primeras etapas de la formación de una nebulosa planetaria, cuando son modelados el gas y polvo por vientos de alta velocidad.
A pesar de sus nombres, estos objetos no están relacionados con los planetas. El origen del término "nebulosa planetaria" procede del parecido visual que se observa a través de un telescopio de estas nebulosas con los pequeños discos de los planetas como Urano y Neptuno.
La nebulosa preplanetaria que nos ocupa se conoce como IRAS 20068+4051 que se encuentra en la constelación del Cisne. Esta envuelta se formó cuando su estrella madre agotó su suministro de oxígeno para fusión nuclear, provocando que las capas exteriores de la estrella se expandíeran y enfriasen, creando una nebulosa esférica de gas y polvo en torno a la estrella. El mecanismo que provoca que los vientos de alta velocidad de estas intrincadas formas y estructuras a estas nebulosas todavía es un misterio, por esto es necesario continuar observándolas.
Mientras tanto, la estrella central continúa evolucionando y encontrando nuevas formas para evitar su colapso por propia fuerza gravitatoria. Finalmente la estrella, se calentará lo suficiente como para hacer resplandecer el gas de la nebulosa. Estos objetos emiten en un amplio espectro de radiación, incluyendo la luz visible, lo que los hace ser interesantes objetivos tanto para los astrónomos aficionados y profesionales.
Sin embargo, las nebulosas preplanetarias, son mucho más difíciles de observar, puesto que normalmente son más pequeñas y más visibles en longitudes de onda infrarroja. Recordemos que la Tierra, la mayor parte de la radiación infrarroja a es absorbida por el vapor de agua. Sin embargo, el Telescopio Espacial Hubble se encuentra muy por encima de las nubes, en el espacio, un lugar privilegiado para captar imágenes impresionantes de estos peculiares objetos.
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