Revista Salud y Bienestar
Su origen se remonta al siglo VI y consiste en recrear un microcosmos a través de un arreglo floral. Por una parte tiene una función decorativa, para que la propia persona y los invitados se sientan en un entorno agradable. Por otro lado, el Ikebana sirve para meditar y se utiliza muchas veces como terapia curativa aportando serenidad, paz y relax, ahuyentado el estrés y haciendo volar la imaginación.