Al igual que el comercio ilegal de marfil, la pesca pirata está diezmando las especies más vulnerables y valiosas del océano
La pesca pirata se puede entender mejor como un pie en la playa y mirando al mar. Casi todos los delitos en el mar se llevan a cabo más allá de la línea del horizonte, ocultos a la vista. Este vasto desierto es aprovechado no sólo por los peces, sino como un lugar de escondite para las actividades delictivas.
Los pescados robados son capturados ilegalmente, evadiendo una amplia gama de medidas de seguridad para socavar los costos de hacer negocios. Violación flagrante de los límites de capturas, restricciones de equipo y dejadez en las precauciones de seguridad se llevan a cabo con frecuencia por una pequeña fracción de pescadores, lo que socava los esfuerzos de las empresas de pesca responsables. Los daños causados a los recursos marinos pueden conducir a la disminución de las capturas, la desaceleración en la recuperación de las poblaciones agotadas o incluso el colapso de las pesquerías más vulnerables.
Pesca pirata o ilegal es a menudo agrupada como pesca no regulada, no declarada y no reglamentada bajo la abreviatura "IUU" (también INDNR). La pesca no reglamentada se lleva a cabo en los países que carecen de los recursos para establecer leyes o control de la pesca. Parte de la pesca no declarada se debe a la falta de recopilación de datos científicos, mientras que otras capturas no declaradas ocultan actividades ilegales. Estas tres dimensiones de la pesca ilegal son una gran amenaza para los océanos, los consumidores y las empresas de pescado de todo el mundo.
En febrero, Oceana reveló un escándalo en el mercado de pescado en EE.UU.. Su estudio a nivel nacional encontró que un tercio de todo el pescado que investigaron estaba mal etiquetado, según las directrices de la FDA. Ahora, Oceana ha ampliado este estudio con un nuevo informe que describe la forma en que la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU) conduce al fraude en el pescado y amenaza las economías de pesca, los consumidores y la vida marina.
El informe fue dado a conocer ayer, 8 de mayo, durante la tercera "Managing Our Nation’s Fisheries Conference" en Washington, DC, que se celebra del 7 al 9 de mayo y durante la cual los líderes de gestión de pesca se reúnen para discutir la ciencia y la sostenibilidad.
Algunos datos clave del informe:- Los peces más propensos a ser robados incluyen a tiburones, salmón, langosta espinosa, vieiras y platija.
- En un año, se capturan alrededor de $1.000.000.000 millones por la pesca pirata solamente en África.
- En los EE.UU hay camarones mal etiquetados por valor de alrededor 1.000.000 de dólares en apenas un año.
- En un año, se cambian cerca de 1.500 kilos de salmón de "Producto de China" a "Producto de Rusia".
- La pesca INDNR se ha relacionado con la trata de personas.
- Los peces capturados ilegalmente a menudo no siguen importantes normas de seguridad alimentaria.
- Lee el informe completo, "Stolen Seafood: The Impact of Pirate Fishing on Our Oceans" (Pescado Robado: El impacto de la pesca pirata en nuestros océanos), para obtener más información.
La pesca INDNR implica muy a menudo violar los límites de captura poniendo en riesgo las especies objetivo (con la utilización de artes de pesca restringidas que ponen a muchas especies no objetivo en situación de riesgo), y violaciones de seguridad (que ponen a los pescadores en riesgos reales). También perjudica a los pescadores y las empresas que siguen las reglas y puede tener un gran impacto en la economía, además de la delicada vida marina.
La falta de regulación de la pesca (o la falta de aplicación de los reglamentos) permite que entre mucho pescado ilegal en países como los EE.UU., donde se mezcla con peces legales o mal etiquetados como especies que son legales, por lo tanto aumentando el problema del fraude de pescado.
"Al igual que el comercio ilegal de marfil, la pesca pirata está diezmando las especies más vulnerables y valiosas del océano - estamos perdiendo los elefantes del mar por los cazadores furtivos", dijo la directora de campaña de Oceana y científica Margot Stiles. "Por la pesca ilegal, incluso en los parques nacionales y por la captura de especies en peligro de extinción con aparejos destructivos, los pescadores furtivos provocan pérdidas económicas de miles de millones de dólares cada año, lo que socava décadas de conservación por los pescadores más responsables".