Revista Ciencia

El impacto del sistema binomial

Publicado el 26 julio 2013 por Joseleg
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El impacto del sistema binomial
El impacto del sistema binomial no tiene comparación, ya que este se sigue empleando como el estándar para la nomenclatura de las especies aun cuando en ciertos casos se emplean ciertas modificaciones y adiciones que lo asemejan a un sistema polinomial. Sin embargo esto solo ocurre para variedades domesticadas desarrolladas bajo domesticación.
Todas las demás especies, fósiles o vivas reciben siempre como mínimo el nombre binomial, como factura de su reconocimiento de existencia por parte de la comunidad científica.
El valor y estabilidad del sistema binomial como estándar de nomenclatura se debe a ciertos factores:
Economía: comparado con el sistema polinomial que lo antecedió, los nombres binomiales eran más cortos y fáciles de recordar. De hecho, este sistema de nomenclatura concordaba con la tradición para nombrar personas, en donde el patronímico “nombre de la familia paterna” antecede al nombre específico de la persona.
Uso amplio bajo un lenguaje común aceptable: un francés nunca toleraría que el lenguaje internacional para la nomenclatura de los seres vivos fuera el inglés, lo mismo podría decirse de un español con respecto a un francés etc. Debido a los conflictos políticos se requería un lenguaje neutro, que pudiera ser gobernado por reglamentos internacionales aceptables y aceptados por todos los expertos. Este lenguaje fue el latín, la lengua de la iglesia y los académicos desde hacía casi 1000 años. Aun cuando los conflictos de religión trajeran consigo el rompimiento con roma, la tradición del uso del latín en contextos académicos no se rompió ya que era la única manera en que autores de culturas diferentes podrían comunicarse “un ejemplo fueron Linnaeus y José Celestino Mutis, quienes no conocían las lenguas nativas de su interlocutor, por lo que debían escribirse cartas en latín”.
Claridad: los nombres binomiales al ser escritos en una lengua muerta, pero de amplio uso por académicos permitía que, el nombre común dado en las diferentes culturas fuera irrelevante, el nombre en latín designaría a la misma especie en Francia, en Inglaterra, en España o en Holanda.
Unicidad: una especie determinada debe tener solo un nombre, sin embargo en ocasiones es difícil establecer los límites que separan a dos especies como en el caso del anillo de especies. En los fósiles pueden ocurrir situaciones donde dos fósiles son muy similares, y por falta de criterio reproductivo, los debates a cerca de la nomenclatura pueden hacerse álgidos y una misma especie puede eventualmente ostentar dos nombres. En tales casos tendremos un nombre sinónimo si se demuestra que los especímenes pertenecen a una misma especie.
Estabilidad: aunque lejos de ser absoluta, los principios que regulan la nomenclatura bilógica como el principio de prioridad permiten que la cantidad de sinónimos para una determinada especie sea mínima o nula. Por ejemplo, cuando las especies son removidas de un género a otro (cosa que es más común de lo que se pensaría) siempre se tiende a mantener el nombre específico y se altera solo el género. Otro caso común es cuando se empiezan a encontrar más especies asociadas con una sola especie en un género, en tales casos  la especie patrón es trasladada a un nuevo género, su nombre específico se convierte en el nombre del nuevo género y las demás especies nuevas se nombran en base a esta.
Desde la perspectiva de Kuhn, el sistema binomial le proporcionó a la taxonomía un lenguaje propio, con reglas claras, y al existir este, una comunidad científica real pudo empezar un proyecto de ciencia normal en la que el conocimiento pudiera crecer de manera predecible.
El modelo Linneano como ya hemos dicho anteriormente se basa en dos factores, la nomenclatura de Linnaeus y la taxonomía de Linnaeus. La taxonomía representa el modo de agrupar las especies reconocidas y nombradas por la nomenclatura. Debido a la anterior, la taxonomía puede cambiar mucho, muy rápido y de manera radical, mientras que la nomenclatura cambia lentamente. En otras palabras, aunque la taxonomía se construye gracias en parte a la nomenclatura, ambas esferas son relativamente independientes.
Históricamente la nomenclatura de Linnaeus ha sido muy estable, pero la taxonomía de Linnaeus “heredera directa de la taxonomía de Aristóteles” comenzaría a echar agua bastante rápido, gracias al invento de un holandés. PRINCIPAL REGRESAR

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