Revista Cultura y Ocio
El Imperio Romano de Oriente (Bizancio) resistió a las migraciones de los pueblos germánicos y sobrevivió mil años hasta su definitiva destrucción por los turcos (caída de Constantinopla, en el año 1453). Pero a partir del siglo V volvió, poco a poco, a sus raíces griegas; estaba formado por las tierras de los antiguos reinos helenísticos, y el griego, que siempre se había hablado más que el latín, volvió a convertirse en la lengua del Imperio Bizantino.La capital, Constantinopla, la ciudad más importante de Europa, acabó llamándose según su antiguo nombre griego, Bizancio, y también el Imperio Romano de Oriente pasó a llamarse Imperio Bizantino.Se daba, sin embargo, que el nuevo estado estaba fuertemente cristianizado, Helenismo y cristianismo fueron las bases de la cultura bizantina.1. El Mediterráneo deja de ser el "Mare Nostrum"
Este fenómeno se produjo lentamente, desde la crisis económica que el Imperio Romano sufrió a partir del siglo III. pues el Mediterráneo había sido el eje del Imperio y su principal vía de comunicación. Al unificarlo militarmente, los romanos habían puesto en contacto civilizaciones distintas y les habían dado una unidad lingüística y jurídica, pero no económica.La parte oriental del Mediterráneo (Egipto, Siria, Asia Menor, Grecia)mantuvo la economía de los antiguos reinos helenísticos, con grandes ciudades industriales y comerciales como Alejandría, Pérgamo. La parte occidental como Italia, Galia, Hispania, Britania no llegó nunca a superar una estructura económica agrícola- ganadera de consumo. Frente a la industria oriental, Occidente sólo pudo exportar vinos, aceites y minerales.La crisis del siglo III puso al descubierto esta diferencia entre Oriente y Occidente, y desde ese momento la situación se desequilibró en beneficio de Oriente, más rico y poblado que Occidente, a principios del siglo IV los emperadores abandonaron Roma, la vieja capital creadora del Imperio, por una nueva ciudad en Oriente, Constantinopla. Durante el siglo VI, ante la presión en sus fronteras, los emperadores romanos acabaron estableciendo una división administrativo- militar entre Oriente y Occidente, que culmino, a la muerte de Teodosio en el año 395 en la creación de dos estados: el Imperio Romano de Oriente para Arcadio y el Imperio Romano de Occidente para Honorio. El segundo sucumbió pocos años después ante la emigración de los pueblos germanos.con los años el Imperio Romano de Oriente, acabo llamándose Imperio Bizantino, manteniendo un mínimo comercio a través del mediterráneo en el siglo VI. La aparición del Islam, en el siglo VII, en las costas africanas, acabó definitivamente con la unidad político-cultural que represento antaño el mediterráneo romano.2. Reducción geográfica del Imperio Romano de Oriente.
A principios del siglo V el Imperio Romano de Oriente comprendía las tierras limítrofes del Mediterráneo oriental y el Mar Negro. Fundamentalmente Egipto, Siria, Asia Menor, Grecia y los Balcanes hasta el Danubio.Fue durante el siglo VI, el emperador Justiniano (518- 565) intentó reconstruir de nuevo el Imperio Romano, unificando de nuevo el Mediterráneo. Sus generales ocuparon la Italia de los ostrogodos, el Norte de África (Cartago) de los vándalos y las costas del sur de Hispania de los visigodos. Durante un tiempo, el Mediterráneo volvió de nuevo un mar romano y el imperio vivió una primera etapa de esplendor. Pero estas conquista se perdieron pronto.La crisis más grave la sufrió el imperio durante los siglos VII y VIII. pero la invasión musulmana ocupó las provincias más ricas: Egipto, "Palestina" y Siria. quedando el Imperio reducido a las tierras más pobres, agrícolas y ganaderas, menos industrializadas. Económicamente el único centro comercial e industrial importante fue la capital, Constantinopla. El imperio se vio obligado a reorganizarse de modo militar provincias en función de cuerpos del ejército (themas), mandados por generales (estrategas) que, cuando los emperadores eran débiles, actuaban como señores feudales.Gracias a esta fuerte militarización, los emperadores de las familias Isauria y Macedonia lograron detener el avance musulmán y la amenaza de los búlgaros, que atacaban desde el Danubio. Durante los siglos IX y XI el imperio vivió una segunda etapa de esplendor. Pero no pudo defenderse de los turcos islamizados. A pesar del apoyo inicial de los cruzados siglos XI y XIII, el imperio se fue reduciendo rápidamente; a partir de la segunda mitad del siglo XIV se limito a la capital y algunas tierras costeras del mar Egeo y del mar Negro. Desapareciendo definitivamente en el año 1453 cuando el sultán Mohamed II asaltó Constantinopla.... Continuara