Revista Opinión

El incendio

Publicado el 12 marzo 2012 por Carmentxu

Varios graves incendios, que han quemado ya cerca de 1.500 hectáreas cerca del Pirineo, han rebasado los presumibles cortafuegos y continúan, ardientes, su camino sin conocer de fronteras. Muy al contrario, encuentra en su camino una tierra árida, llena de maleza, de malas hierbas que nadie limpió cuando aún era abarcable la tarea, y sigue quemando la tierra árida y los árboles secos, alentado por el viento que le guía y le abre camino entre la espesura de la que se alimenta. No ha llovido. Podría ser el cambio climático y la incesante desertización de la península. Lo cierto es que la aridez, la maleza y la desidia han dejado un bosque muy apetitoso para el fuego. Son las consecuencias de la sequía y de la falta de cuidado de aquello que un día nos hizo afortunados. Los recortes sociales ya perpetrados, y también los previstos (no hay que olvidar que el grueso vendrá tras las elecciones andaluzas) están dejando tras de sí una tierra árida, una maleza infranqueable sólo para las llamas. El incendioY el fuego avanza mientras los bomberos echan gasolina. Y no se trata de trabajar más horas, sino de que trabajemos todos. Y no se trata de recortar, sino de aprovechar eficientemente los escasos recursos sin despilfarros ni amiguismos. Hay muchos que sí querrían trabajar más horas: concretamente unas 35 desde las cero que pueden hacerlo actualmente. Esa idea de trabajar en modo suizo, que acaban de rechazar aumentar sus vacaciones anuales a seis semanas porque no sabrían qué hacer con el tiempo libre, unido a una reforma laboral que ensalza la precariedad de los nuevos y viejos contratos, no parece ser la salida ni el fin de este infierno requemado. Y no se prevé que llueva ni que la solución caiga sola del cielo como otras veces.


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