Walter Wanger
Uno de los mejores ejemplos del género carcelario es Riot in Cell Block 11 (Motín en el pabellón 11, 1954), un film pseudo documental rodado en un auténtico penal y que, además, sirvió para denunciar la situación de las cárceles norteamericanas. Pues bien, el curioso germen de este film es el siguiente: un buen día de 1951, al productor independiente Walter Wanger le llega el rumor de que su esposa, la actriz Joan Bennett, tiene un romance con el entonces agente Jennings Lang, (quien terminaría convirtiéndose en productor ejecutivo de Universal Pictures). Consumido por los celos, Wanger decide seguir los pasos de la pareja hasta un aparcamiento. Allí, los sorprende dentro de un coche en actitud más que comprometida. Así que saca su revólver, apunta hacia la entrepierna de Jennings Lang y ¡pum!, dispara. Afortunadamente —o no—, la bala impacta en la ingle del agente.Gracias a que Wanger logró probar que sufría locura transitoria, pasó unos pocos meses en la cárcel, pero la corta estancia en el penal le marcó lo suficiente como para querer contar cuál era la situación de los presidios. Riot in Cell Block 11 es el resultado. Después llegaron producciones como Quiero Vivir (Robert Wise, 1958) o Cleopatra (J. L. Mankiewicz, 1963), con la que, prácticamente, se arruinó. En cuanto a su vida marital, la condena fue mayor: hasta 1965 no se divorció de Joan Bennett. Tres años después, el 18 de noviembre de 1968, murió de un ataque el corazón en Nueva York.
Joan Bennett