Revista Salud y Bienestar

El incremento de casos de sarampión lleva al Comité Asesor de Vacunas de la AEP a recomendar que se adelante la administración de la triple vírica

Por Fat
El incremento de casos de sarampión lleva al Comité Asesor de Vacunas de la AEP a recomendar que se adelante la administración de la triple vírica
Europa registró unos 30.917 nuevos casos de sarampión entre enero y el pasado 7 de diciembre de 2011, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). En el caso de España, los datos más recientes apuntan a que, de enero a octubre del pasado año, se detectaron 1.876 casos de sarampión, unas cifras excepcionalmente altas, teniendo en cuenta que el pasado año tan sólo se declararon 173 casos, y que han llevado al Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) a incluir entre sus recomendaciones para 2012 adelantar a los 12 meses de edad la administración de la primera dosis de la vacuna triple vírica, que actualmente se aplica a los 15 meses en la mayoría de las comunidades autónomas.
David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, justifica las razones de esta decisión: “hasta ahora, estaba planificada a los 15 meses para que los anticuerpos de la madre no bloquearan la eficacia de la vacuna. Sin embargo, estamos detectando casos de sarampión entre los 12 y 15 meses, lo que indica que los menores de esa edad tienen una insuficiente cantidad de anticuerpos, por lo que es necesario adelantar la edad de la inmunización para frenar la aparición de estos episodios precoces”.
Esta es una de las novedades más destacadas que incorpora el Calendario de Vacunaciones 2012 elaborado por los expertos del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, entre las que se incluyen igualmente adelantar la segunda dosis de la inmunización triple vírica a los dos años,- actualmente está fijada entre los tres y cuatro años-, ya que a partir del año y medio hay un porcentaje de menores que carece de anticuerpos y esta medida serviría para frenar el riesgo de nuevos contagios y evitar pérdidas en las tasas de cobertura vacunal.
Y es que, mientras se estima que la primera dosis de la vacuna cuenta con una cobertura del 95% (es decir, la recibe el 95% de los menores candidatos a ella), la segunda sufre una bajada de al menos 10 puntos debido a la “relajación natural de los padres” y al descenso de visitas de los niños a la consulta pediátrica a partir de los 24 meses de edad. “Adelantando la vacuna a esa edad conseguiremos que más padres se involucren en el proceso de vacunación y así no sólo evitaremos nuevos casos pediátricos, sino que frenaremos el contagio entre un elevado número de adultos que no están inmunizados frente al virus o están inmunodeprimidos a causa de tratamientos médicos”, señala el doctor Javier Arístegui, miembro del Comité Asesor de Vacunas.
El Comité Asesor de Vacunas insiste en la recomendación de vacunar de manera activa frente al virus del papiloma humano (VPH) a las niñas de 11 a 14 años, el límite de la edad pediátrica, con el fin de que se aumente la cobertura, ya que todas las regiones registran datos aún bajos de vacunación. Recientemente, se ha aprobado la indicación de la vacuna contra el VPH en varones, si bien el CAV no ha considerado la necesidad de incluirla en el calendario de la población masculina menor de edad. “Lo cierto es que vacunar a los niños protege también de forma indirecta a las mujeres, pero de momento no hay datos suficientes para pensar que es una medida eficiente. Lo principal es lograr un aumento de la cobertura en niñas”, aclara el coordinador del comité.
Los expertos continúan haciendo hincapié en la necesidad de que las inmunizaciones sistemáticas alcancen a todos los niños, eliminando las disparidades étnicas, territoriales, sociales y económicas. Se considera un objetivo primordial poner al día el calendario de vacunación de los niños inmigrantes no sólo para lograr su protección individual ante las enfermedades inmunoprevenibles, sino también para evitar grupos de población susceptible que puedan dar lugar a la aparición de brotes epidémicos.
-Niveles de recomendación
Como en ediciones previas del Calendario de Vacunaciones de la AEP, el de 2012 establece nuevamente tres niveles de recomendación de las vacunas infantiles atendiendo no sólo a criterios de efectividad y seguridad, sino también a la carga que representa cada enfermedad prevenible a través de esta medida en términos económicos: vacunas sistemáticas, recomendadas y vacunas específicas para grupos de riesgo.
El documento señala como vacunas sistemáticas aquellas que todos los niños deberían recibir y que por tanto deberían ser financiadas por el Sistema Nacional de Salud. En este apartado se incluyen la vacuna frente a la hepatitis B, la de la difteria, tétanos y tos ferina, la poliomielitis, la Haemophilus influenzae tipo b, la del meningococo C, el neumococo, el sarampión, la rubéola y la parotiditis, así como la del virus del papiloma humano.
Como en años anteriores, el Comité Asesor de Vacunas mantiene la recomendación de incluir dentro del calendario oficial, la financiación pública de la vacunación frente al neumococo al ser la mejor medida para la prevención de la enfermedad neumocócica en la infancia. En este momento, sólo dos comunidades autónomas, Madrid y Galicia, incluyen esta inmunización de forma sistemática.
Por otro lado, ante el aumento de casos de infecciones neumocócicas y meningocócicas sucedidos en los últimos años, se abre la posibilidad de adelantar igualmente la dosis de refuerzo de estas vacunas. Así, se establece una horquilla de vacunación de esta dosis de recuerdo frente al meningococo C y al neumococo entre los 12 y los 15 meses (actualmente se extendía hasta los 18 meses). Si las circunstancias epidemiológicas (por el incremento de infecciones) lo exigieran, los expertos aconsejan otra dosis de refuerzo frente al meningococo C a los 11 años de edad para aquellos niños que no tengan, al menos, una dosis administrada a partir de los 12 meses.
El segundo nivel lo constituyen las denominadas vacunas recomendadas, es decir, aquellas que pueden ser priorizadas en función de los recursos para su financiación pública. En este apartado figuran la vacuna frente al rotavirus y la vacunación frente a la varicela.
El tercer nivel lo forman las vacunas específicas para grupos de riesgo, como las de la gripe estacional y la hepatitis A. En el caso de la gripe para aquellos niños que puedan desarrollar formas graves de la infección, complicaciones o sufrir una mayor mortalidad a consecuencia de otras dolencias que sufran, y en el caso de la hepatitis A, en los que vayan a viajar a países de endemicidad intermedia o alta de esta enfermedad, residentes en instituciones cerradas y receptores de hemoderivados de forma reiterada. Se reitera la importancia de la vacunación antigripal de todos los convivientes (mayores de 6 meses de edad) de todos los pacientes que pertenecen a los grupos de riesgo.
-A la espera del calendario vacunal único
La llegada del nuevo Gobierno abre una puerta a la esperanza para la consecución de una antigua reivindicación de la AEP y del CAV, la implantación del calendario vacunal único en todo el territorio nacional. De hecho, en el último año, el partido del Gobierno ha reclamado en varias ocasiones su desarrollo –incluyendo una moción en el Senado que solicitaba acelerar la implantación de un solo protocolo-, y la reciente incorporación de esta medida en la nueva Ley de Salud Pública podría representar un primer paso para lograrlo.
El vicepresidente segundo de la AEP, Fernando Malmierca, confía en que “haya una postura de acercamiento y que este compromiso se materialice para acabar con la actual situación, contraria a los criterios de equidad, solidaridad y racionalidad”. Y es que, durante años la AEP ha venido reclamando que la existencia de 19 calendarios regionales no obedece a razones epidemiológicas. Es más, “en momentos en los que las familias cambian de residencia de forma constante, unificar la cartilla de vacunación se convierte en una necesidad”, afirma el doctor Malmierca. Este experto asegura que “la situación actual es ilógica, crea desigualdades y da lugar a problemas a la hora de vacunar a los niños, ya que dependiendo del lugar de residencia, los menores están protegidos frente una determinada infección u otra, se inicia la inmunización a una edad u otra y en algunas regiones los padres tienen que costear ciertas vacunas”.

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