Sinopsis:Héctor Balboa, un indiano enriquecido en Cuba, regresa al cabo de los años a España con la intención de reconciliarse con su pasado e introducirse en los influyentes círculos económicos e industriales de la sociedad de 1883. Llega rebosante de planes de progreso y con la esperanza de hacerse un sitio respetable en su tierra natal, Santander. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que para formar parte de esa sociedad deberá aceptar sus rígidas reglas y acordar un matrimonio ventajoso con alguna joven casadera que le abra las puertas a los grandes negocios forjados entre los políticos, empresarios y aristócratas que se dan cita cada verano en Comillas. Balboa no dudará en sacrificar el amor a sus propias ambiciones personales hasta que se cruza en su camino la obstinada Micaela Moreau, una joven solterona de Madrid, empeñada en cambiar el destino de las niñas sin educación y al mismo tiempo, defender su libertad e independencia frente a los designios marcados por su familia.
Una historia de amor que cambiará el rumbo de dos corazones decididos a perseguir sus propios destinos, sin doblegarse ante las convenciones del momento.
Opinión personal:
Sabéis de mi gusto por las novelas que se ambientan en España. Siempre lo recalco, con la historia tan rica que tenemos, echo en falta más autoras que se decidan a enmarcar aquí sus novelas. Eso me atrae y ya le da puntos a la novela. Y, para no inducir a equívocos por algunos de mis comentarios, aclaro que he disfrutado mucho de esta lectura.
Pero matizo. Como siempre digo, soy amante y lectora novela romántica. He aquí un ejemplo de una novela que puede encontrarse perfectamente dentro de este género pero, al igual que otras autoras que últimamente me están haciendo disfrutar de sus historias, creo que la ambientación y el entorno que enmarca la historia es casi más importante que el romance en sí.Eso, a veces, me hace desesperar, lo admito.Es una novela muy rica en personajes, muchos. Algunos, para mí, tan solo ayudan a formar el entorno social y al retrato de esa sociedad tan importante en la época, pero no tienen peso real en la trama. Unos me han sobrado, al igual que algunos datos que respaldan la gran documentación que hay detrás de sus páginas pero que más que agilizar la lectura la ralentizan en algunas ocasiones. Soy consciente de que es muy difícil el justo equilibro y que, también, es algo que cada lector juzgará dentro de sus propios gustos. Me gusta mucho el mensaje que transmite la novela, Micaela me ha parecido una muy buena protagonista, en verdad,y creo que la autora ha conseguido un buen equilibrio entre sus propias ambiciones y lo que está, o no, dispuesta a sacrificar. Porque creo que aunque la novela lleva por título al personaje masculino, para mí, es ella la que lleva las riendas de la historia.
Los protagonistas luchan entre sí para ganar el premio a la fuerza y perseverancia, aunque creo que al final, Héctor, es que se alza con el premio, tanto que casi está a punto de perder lo que realmente quiere. Es un joven humilde, uno de los muchos que emigró a tierras en busca de mejorar su condición económica, dejando atrás familia y todo lo conocido, pero uno de los pocos que tuvo éxito en sus aventuras y regresó, ─aunque últimamente no sea la única novela que me haya leído con un personaje similar como protagonista.─ Héctor me ha gustado, me ha gustado mucho, es un joven decidido, valiente y, en ocasiones, orgulloso. Pero cuyo carácter controlado y planificador, a veces frío,me gusta como característica. Representa la victoria del esfuerzo personal.
Micaela, en mi opinión, es el gran personaje. Es mujer independiente atrapada en una sociedad que no le deja volar. Abraza esas ideas «alarmantes» de igualdad en educación y la libertad de decidir en su futuro y no entregar su persona a un hombre que, bajo el título de esposo, podrá tomar las riendas de su vida, coaccionar sus ideas y tomar por ella sus decisiones.Eso, por conviccionesy voluntad propia, la han convertido en una solterona ─que poco me gusta esa palabra─ y, también, en una mujer adelantada ─esa me gusta más─ y por las cuales, actualmente, las mujeres tenemos unas mejores condiciones.
A grandes trazos, se hablan de muchos temas en la novela, el retraso que todavía aún arrastramos en muchos sectores y materias, el poder y la influencia de las familias dominantes dentro de la política y cómo ellos, y sus intereses, son, a veces, los que gobiernan un país. Sus abusos, sus hipocresías y la gran diferencia social que marca la educación y la cuna en la que naces.
La relación entre Micaela y Héctor ofrece pocas sorpresas. Aún así, hay ciertas escenas que son simpáticas, sobre todo cuando me imaginaba la cara de sorpresa de Héctor ante las salidas sinceras y sin doble sentido de Micaela y, ese sentirse tan atraído sin ser consciente de ello. Y esa sensatez por parte de ella a admitir sus circunstancias y esa templanza y coherencia, fiel a sí misma.
«El indiano» ha sido una muy grata sorpresa. Me ha gustado mucho.Muy bien escrita, muy bien ambientada, en la que abunda documentación. Como digo muchas veces, un ejemplo de que una trama compleja no es necesaria para enganchar. Me ha durado bastante poco para lo extensa que es.Es una novela que sin tener grandes giros ha sabido atraparme, no voy a decir que no sea muy predecible, sabes bien los giros que tiene que tener la historia para que confluyan en el final esperado. Y, en general, se guardan pocas sorpresas. Pero he disfrutado del estilo de la autora.
Ficha del libro: Autopublicado - Ficha de la autora
Pepa