El Inmortal Puño de Hierro. Libro 5

Lunes, 11 de octubre de 2010 Ver comentarios Dejar un comentario

Ed Brubaker y Matt Fraction, desaparecieron en el libro cuatro de Puño de Hierro. Duane Swerczynski se ha hecho con los mandos. Lo mismo ocurrió con David Aja, dejando paso a Foreman, al que ya vimos en números anteriores.

Si, estamos hablando del quinto recopilatorio de El Inmortal Puño de Hierro, la serie dedicada a recuperar las artes marciales/místicas para el Universo Marvel. O al menos, las dedicadas a las ocho ciudades celestiales. ¿Cómo?; ¿No era únicamente K’un-Lûn?; ¿O eran siete?…

Acompáñanos a descubrir la historia en la que Danny Rand descubre la octava ciudad celestial.

Hay que reconocer que, a veces, Marvel acierta. Y con Puño de Hierro, lo ha hecho. Desde su aparición en el universo marvelita hasta ahora, ha pasado de ser el tipo desconectado del mundanal ruido y al que el ritmo de la ciudad le era casi desconocido, a convertirse en otro “repartidor” de golpes sin casi diferenciación de otros. Que supliera a Daredevil, no era mas que la triste realidad de que Danny Rand hacía tiempo que perdió su status quo entre los superhéroes. Es cierto que, junto a Luke Cage, formó una estupenda pareja, en la que el estilo mas filosófico de Puño, chocaba con el estilo “ley de la calle” de Powerman. Pero aquello acabó, y aunque nos encantaba ver las patadas voladoras y posturas acrobáticas a la hora de luchar, posiblemente el personaje no tenía ningún valor añadido sobre otros. Afortunadamente, todo ha cambiado con los últimos tiempos. Además de convertirse en vengador, sus aventuras en solitario le han hecho regresar a su espíritu incial, es decir, al de “arma”, al Puño de Hierro mas de estilo “pequeño saltamontes”, al luchador que está mas allá de la simple pelea. De hecho, su serie es mucho mas que mostrarnos la parte mística de sus poderes. Es el autodescubrimiento de quien es y cual es su verdadero papel como arma de una de las ciudades celestiales, del legado de los anteriores Puños de Hierro y de lo que se espera de él.

En esta ocasión, acompañado del resto de armas celestiales, viajarán a la desconocida octava ciudad celestial, donde encontrarán, además de una amenaza que les llevará hasta límites insospechados, alguna que otra respuesta de la creación de dicha ciudad y por qué nunca escuchamos hablar de ella.

Eficaz, Duane Swerczynski consigue de nuevo enlazar la mística con las artes marciales, además de mostrar la violencia con la suficiente crudeza como para no pensar que estamos ante un camino facilito. La planificación de la trama hace que encaje con lo sucedido y deje todo preparado para próximos arcos argumentales. Swerczynski utiliza un recurso muy literario, y es utilizar a un narrador que nos vaya desvelando lo que está ocurriendo, como si él ya lo hubiera vivido. Eso hace que nos parezca estar escuchando una voz en off, que te acompaña en la trama. meti

Cierto es que, metido en faena, la historia es mas sencilla de lo que parece, pero adornada con la mística parece mucho mas épica. Que nos muestren a los antiguos luchadores de las siete ciudades o la función de la octava ciudad no debe alejarnos de lo que debería ser la búsqueda de conocimiento de Danny Rand, que parece un poco olvidado en este tomo.

Foreman, aunque no es tan espectacular como David Aja, consigue crear la atmósfera idónea para creer lo que está pasando. Aunque no es tan efectivo como Aja a la hora de mostrar las escenas de combate, es eficaz y obtiene buenos resultados.

Se agradece que se incluyan historias sobre Puños de Hierro pasados, lo que ayuda a conocer el escenario donde se mueve nuestro héroe.

El final de la historia, tan solo nos deja abierto la serie para empresas mayores. Puño de Hierro está en su mejor momento y como lectores no podemos hacer otra cosa que disfrutarlo.

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