Revista Cine
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Cuando parecía que habíamos visto todo sobre la mafia estadounidense Martin Scorsese vuelve a sorprendernos con este drama crepuscular en torno a la figura de Fran Sheeran, ayudante de Jimmy Hoffa, que sirve para adentrarnos en los entresijos, costumbres y modos del crimen organizado. Cine con mayúsculas, magníficamente interpretado, muy cuidado y elaborado en un relato narrativamente complejo y denso que se sospecha muy próximo a la realidad, especialmente atractivo para los amantes del género y de la época que ilustra. Tan agridulce resulta su visionado, su final demoledor, seco, sin paliativos, como ser consciente que sólo a través de Netflix se ha podido financiar una obra que es mucho más que un entretenimiento fílmico que, por otro lado, y debido a su duración de más de tres horas y a su argumento y planteamiento no va a ser plato de gusto para cualquier público. A diferencia de otros títulos suyos como "Uno de los nuestros" o "Casino" en esta película Scorsese es expeditivo con sus personajes, no es fácil empatizar, no muestra piedad ni hay redención posible para ninguno de ellos y sin embargo terminas conmovido porque no habla sólo de la mafia, habla del respeto, de la familia, de los negocios, del deber, de la vejez, de la vida en suma. Puede que Frank Sheeran no te caiga ni medio bien, pero lo entiendes visto su contexto.