El jardín olvidado, de Kate Morton

Título: El jardín olvidado Autora: Kate Morton Editorial: Suma de letras Año de publicación: 2010Páginas: 537ISBN: 9788483651568

Cuando María, del blog De todo un poco, organizó la lectura conjunta de El jardín olvidado no me lo pensé dos veces y me apunté. Había leído maravillas de este libro y tenía muchas ganas de comprobar si era tan bueno como decían. Y ahora puedo decir que realmente lo es. El libro me lo ha regalado mi padre estas navidades, me lo dio el sábado 24, lo empecé a leer ese mismo lunes y para el miércoles ya lo había terminado. Sus más de 500 páginas sólo me han durado tres días, para que os hagáis una idea de lo mucho que me ha gustado. Al principio, tras leer la sinopsis y durante las primeras páginas del libro, creía que me iba a resultar más complicado seguir las tres tramas, la protagonizada por Eliza, Rose y su familia a comienzos de la década de 1900, la protagonizada por Nell durante 1975 y finalmente la protagonizada por Cassandra en 2005. Sin embargo, la historia, de la que no quiero desvelaros más que lo justo, está tan bien escrita, con tanto detalle, pero al mismo tiempo con un ritmo tan ágil, tan fluido, que es imposible perderse. La historia fascina, seduce y atrapa desde el comienzo y hasta el final, engancha muchísimo y cada vez más, página a página la tensión crece y también las ganas de avanzar en la historia y desvelar los misterios, encontrar las respuestas a tantas preguntas, la solución a tantos enigmas.

En 1913 una niña de tan solo cuatro años es abandonada en un barco que le llevará desde Inglaterra hasta Australia, donde comenzará una nueva vida, ignorando su historia, su pasado y su familia. Así, olvidará a la misteriosa mujer, la Autora, que le acompañó hasta el barco y crecerá rodeada de la compañía y el amor de sus padres y sus hermanas. Sin embargo, cuando esta niña, Nell O`Connor, cumple 21 años, su padre le confiesa que es adoptada, lo que le empuja a buscar sus orígenes y descubrir su historia y la de su anterior familia, aunque eso suponga viajar desde Australia hasta Inglaterra, a la costa de Cornualles, llena de acantilados, de jardines, de laberintos, de mansiones, de cabañas y, sobre todo, de secretos, muchos secretos. Cuando Nell muere, su nieta, Cassandra, será la encargada de continuar lo que su abuela no pudo acabar. Es parte de su herencia, al igual que una cabaña y un jardín en Cornualles. Al final, como si de un puzle se tratara, entre Nell y Cassandra, entre abuela y nieta, a pesar de la distancia, del paso del tiempo y de la muerte, lograrán desvelar todos los misterios y descubrir todos los secretos y la verdad por fin saldrá a la luz. Al margen de los secretos, los misterios, las preguntas sin respuestas, las incógnitas, los laberintos sin salida, que parecen no acabar nunca y que, sin embargo, al final terminan resolviéndose y encajando, como las piezas de un rompecabezas, y que te obligan a seguir leyendo, te atrapan, te absorben y te fascinan sin que puedas hacer nada para evitarlo, lo que más me ha gustado del libro es la historia en sí, la trama. Una trama que combina la fantasía, las historias de hadas, con la realidad más dura, más triste, más cruel, más injusta y más dolorosa. Aunque al comienzo me gustaba más la historia de Cassandra, por ser más actual y contemporánea, al final me he rendido y he sentido predilección por la historia de Rose y especialmente de Eliza, que se ha convertido en mi personaje favorito. Aunque todos son entrañables e inolvidables, a unos se les coge muchísimo cariño, como a Eliza, Mary, Nell, Cassandra, Christian o Ruby, a otros se les odia con todas las fuerzas, como la familia Swindell, Adeline o el señor Mansell, y otros en cambio provocan compasión, pena y lástima, como Nathaniel, Linus o la propia Rose. Pero todos resultan cercanos, humanos, verosímiles y creíbles. Porque todos, en algún momento de sus vidas, son capaces de lo mejor y de lo peor, de amar, de odiar, de desear, de equivocarse, de soñar, de huir, de escapar. En definitiva, de vivir. Y yo al menos no he sido capaz de juzgarles a ninguno de ellos, porque al final, durante estos tres días que he tardado en devorar el libro todos, los entrañables, los odiosos y los patéticos han sido parte de mi familia. La ambientación es otra de las cosas que me ha fascinado de la novela. Leer este libro es como ver una película. Es imposible no sentir el viento, el olor a mar, el ruido de las olas, el peligro de los acantilados, el olor de las flores y de la hierba, no mojarse con la lluvia, no encogerse con el frío, no ver el verde, el azul, el gris. Una novela que comienza entrando por los ojos y termina seduciendo todos los sentidos. Esta es una novela coral, de personajes, narrada a tres voces, a tres tiempos, que emociona, conmueve, fascina e hipnotiza. Una novela que a pesar de sus casi 600 páginas deja con ganas de más, de mucho más. Una novela que al menos a mí me ha dado muchísima pena terminar y que por eso mismo recomiendo a todo el mundo. Porque es de lo mejor que he leído este año. Sin duda, adentrarme en el jardín olvidado ha sido una buenísima forma de terminar el 2011.