Calder Pillay viaja con su padre a un diminuto pueblo cerca de Oxford, en cuya plaza hay una insólita escultura de Alexander Calder. Una doble coincidencia, pues la maestra del colegio había propuesto a Calder y sus compañeros de clase un divertido juego sobre el célebre artista. De inmediato, el niño se siente fascinado por la escultura y, al mismo tiempo, observado por personas desconocidas. ¿Qué está sucediendo realmente? ¿Acaso la presencia de esa obra en ese lugar es parte del «juego de Calder»? Las dudas se multiplican y el supuesto juego se convierte en algo mucho más serio cuando tanto el niño como la escultura desaparecen sin que la policía logre explicar lo sucedido. Tan sólo Petra y Tommy, los ingeniosos compinches de Calder, parecen capaces de desentrañar las claves del enigma y rescatar a su amigo.
Si los dos títulos anteriores de Blue Balliett —El enigma Vermeer y El misterio de la Casa Robie— giraban en torno a las obras del pintor Johannes Vermeer y el arquitecto Frank Lloyd Wright respectivamente, en esta ocasión la autora ha escogido al escultor Alexander Calder para crear una apasionante intriga que mezcla arte, matemáticas, filosofía, historia y literatura, y cuya resolución sólo es posible con algo de ingenio, mucha intuición y, sobre todo, buenas dotes de observación.
14.00 € 256 págs. febrero de 2011