Se comenzó a proteger a la especie en 1890, pero no fue hasta 1980 cuando su número comenzó a crecer. Los ejemplares se crían actualmente en libertad en dos islas, Chalky y Codfish, que están libres de depredadores. Es el único loro que no vuela del mundo y también el loro que alcanza más peso. El no poder volar los ha convertido en excelentes corredores y escaladores, capaces de subir a cualquier árbol y de lanzarse desde sus copas utilizando las alas como paracaídas. Pueden llegar a medir 60 centímetros y pesar 4 kilos. Los kakapos pueden acumular grasa corporal, a diferencia de muchas otras aves, para protegerse del frío. Tienen el sentido del olfato muy desarrollado, algo necesario dados sus hábitos de vida nocturnos y su dieta vegetariana. Una de las características más llamativas de esta especie es su olor, que se ha comparado con las flores o la miel. Esta peculiaridad, desde la introducción de las ratas y gatos, ha supuesto una enorme desventaja para la especie que era muy fácil de localizar siguiendo su rastro. Una vez más son los únicos loros del mundo que practican el comportamiento lek previo al apareamiento. Consiste en el agrupamiento de los machos en un espacio, ajeno al que habitan, donde combaten entre ellos para conseguir un lugar favorable. Las luchas son bastante violentas y no es raro que alguno quede herido. Las hembras observan y eligen a su pareja reproductora. Los machos nunca tratan de elegir a las hembras. La pareja dura lo que la reproducción, después se separan. Su capacidad reproductiva es muy baja, tienen una cría cada 10 años. Un animal sorprendente que ha seguido una evolución paralela a la del resto de loros, desde hace 70 millones de años.
Via: wikipedia.org
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