El otro día quedé con Eduardo y Sewo. Uno es de Mozambique y el otro de Cabinda, y están realizando estudios de doctorado. Hallé a los dos muy indignados porque, en el bar donde tomábamos café, habían encontrado un ejemplar de Alfa y Omega, el suplemento religioso (católico, mejor dicho) que regala el periódico ABC, donde había una columna firmada por Soledad Porras Castro, titulada: Manos Unidas (www.alfayomega.es/Revista/2011/724/14_conojosdemujer.html).
La columna, en sí, no está mal y alaba la labor de Manos Unidas e invita a echarle una mano en el trabajo que hace. Lo que molestó a mis amigos fue el desconocimiento que la columnista mostraba al decir: “Un euro para nosotros no es nada, pero, para África, con un euro come una familia dos días”. Sewo, el más beligerante de los dos, me hacía ver que esa frase contenía muchos de los tópicos africanos que se tra
nsmiten continuamente en los medios de comunicación europeos, como el querer equiparar la familia africana (la llamada familia extendida) a la europea (familia nuclear), el reducir la pobreza a un tema simplemente económico, el no tener ni idea de lo que cuesta un plato de arroz en África (unos 25 céntimos, me decían ellos, por lo que aunque fuera una familia de cuatro personas, como las europeas, comerían solo un día y una sola vez, es decir, malcomerían)…Esta conversación me trajo a la cabeza la famosa obra del escritor keniata, Binyavanga Wainaina, ¿Cómo escribir sobre África? Tengo una edición en inglés que me regaló mi amiga Carmina, en ella, el autor da algunos consejos a los que escriben sobre ese continente [En castellano se encuentran en www.africafundacion.org/IMG/pdf/africanaNoviembre_09_12.pdf donde, en la página 19 y siguientes, se pueden ver con más detalle]. Se pueden resumir en:
a) En tu texto trata a África como si fuera un solo país […] No te enredes con detalles y descripciones precisas. África es grande: 54 países y 900 millones de personas que están demasiado ocupadas pasando hambre, muriendo, guerreando y emigrando para leer tu libro.
b) Nunca pongas la imagen de un africano de clase media en la portada de tu libro, ni dentro, a no ser que haya ganado un premio Nobel. Un AK-47, costillas prominentes, pechos desnudos: utiliza éstas.
c) Temas tabú: escenas ordinarias de la vida cotidiana, amor entre africanos (a no ser que esté relacionada con la muerte), referencias a escritores africanos o intelectuales, la mención de niños que van al colegio y que no sufren virus, ni Ébola, ni mutilación genital femenina.
d) Entre los personajes no puede faltar la africana hambrienta, que vaga por el campo de refugiados prácticamente desnuda y espera la benevolencia de Occidente. Sus hijos tienen moscas alrededor de los ojos y tripas hinchadas. Sus pechos están planos y vacíos. Debe aparecer como una mujer completamente indefensa. No debe tener ni pasado ni historia; estas pequeñas diversiones arruinan el dramatismo del momento. Los gemidos y las quejas son buenos.
e) Asegúrate de que muestras cómo los africanos tienen la música y el ritmo profundamente arraigados en sus almas y comen cosas que ningún otro humano come. No menciones el arroz, la ternera o el trigo; el cerebro de mono es el preferido en la cocina africana, junto a la cabra, la serpiente, los gusanos, las larvas y todo tipo de carne de caza. En tu texto, muestra cómo fuiste capaz de comer dicha carne sin estremecerte y, por supuesto, describe cómo aprendiste a apreciarlo, porque África te importa.
f) Hablar generalizando es bueno. Evita que los personajes africanos se rían o luchen para educar a sus hijos. O mejor, simplemente evita representarlos en circunstancias mundanas. Los personajes africanos deben ser coloridos, exóticos, más grandes que la vida, pero vacíos por dentro, sin diálogo, sin conflictos o resoluciones en sus historias, sin profundidad o rarezas que confundan la causa.
g) El africano moderno es un hombre gordo que siempre roba, se niega a dar permisos de trabajo a los occidentales cualificados que de verdad se preocupan por África, es un enemigo del desarrollo y siempre utiliza su puesto gubernamental para dificultar el trabajo a los pragmáticos expatriados de buen corazón que quieren poner en marcha una ONG.
h) Recuerda: cualquier trabajo en el que la gente aparezca mugrienta y miserable será alabado como la “África real”, y eso es precisamente lo que tú quieres que ponga en la contraportada de tu libro. No sientas malestar por esto: estás intentando ayudarles para conseguir ayuda de Occidente.
Ahora os dejo con el último éxito musical de Kenia: Mama, cantado por Avril.