Revista Ciencia

El laboratorio de química y su representación social

Publicado el 01 mayo 2013 por Joseleg

El laboratorio de química y su representación social El laboratorio de química y su representación social
La química actual es heredera de una gran cantidad de oficios y tradiciones que influyeron en la vida cotidiana de todas las culturas. Los laboratorios, tal y como los conocemos hoy, son una de esas herencias compartidas con las otras ciencias, y que caracterizan el quehacer de la química como una ciencia ex­perimental.  

El laboratorio de química y su representación social

Figura adicional i. El laboratorio de alquimia.

Sin embargo, el experimento químico, como acto de creación y que identifica a la química como la actividad científica más productiva,”Si se cuentan el número de artículos, libros y patentes, los de la química son equivalentes a los de todas las otras ciencias juntas (Schummer, 1999). El número de sustancias y de aplicaciones comerciales de las mismas ha crecido de manera impresionante a lo largo de los últimos 200 años. De algunos cientos en 1800 a hoy (7 de mayo de 2011) cuando se han identificado pocos más de 56 millones de sustancias diferentes (y se van añadiendo aproximadamente 6000 cada día), de las cuales se comercializan 48 millones” lo vuelve prácticamente singular (Chamizo, 2011).
Lo anterior ha llevado a proponer al filóso­fo de la química Joachim Schummer (2007) que la química no sólo domina la imagen pública de las ciencias, sino que también establece, de manera importante, su estrecha y con­servadora representación popular.  

El laboratorio de química y su representación social

Figura adicional j. El laboratorio de química ilustrado "Lavoisier"

En los laboratorios, como espacios dedicados al trabajo práctico, en lugar de a la investigación teórica, las actividades allí realizadas, desde hace miles de años han sido considera­das de menor nivel intelectual.
La palabra latina laborare nos remite al trabajo manual, el cual era realizado, tanto en el imperio romano como en las ciudades griegas que le antece­dieron, por los esclavos. El filósofo inglés del siglo XVII Tho­mas Hobbes, indicaba la inferioridad social de aquellos que se dedicaban al trabajo práctico: drogueros, jardineros, herreros o mecánicos. Aquellos que suponían que con dinero (con el cual se compran mejores materiales y/o equipamiento) po­dían obtener conocimiento, estaban equivocados.
Para él, como para otros muchos académicos de su tiempo y aun hoy en día, una biblioteca era mucho mejor que un laboratorio. Desde la más remota antigüedad y en particular a partir de la Edad Media, la preparación de medicamentos, la fabricación de jabones, pigmentos, vidrio, materiales cerámicos y explosi­vos, y la extracción de metales fueron actividades prácticas, alejadas de la reflexión filosófica y realizadas alrededor de mercados y en lugares públicos.  

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Figura adicional k. El laboratorio moderno de química básica

Sin embargo, desde esa época ya se identifica la característica más importante de un labora­torio: su aislamiento de la vida cotidiana. PRINCIPAL REGRESAR

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