Hay veces que la vida nos estresa tanto.
Nos estresa el trabajo, nos estresan las responsabilidades, nos estresa nuestra pareja, nuestros padres, nuestros hijos...Y como la ansiedad nos asusta tanto, como aparece ese miedo al miedo tan característico y agobiante, decidimos escondernos, refugiarnos. Y muy frecuentemente lo hacemos bajo la sombra de la depresión.Los trastornos de ansiedad y los de depresión presentan una alta comorbilidad, es decir: cuando se da uno, sucede también el otro.
Y es que la depresión tiene una parte muy atractiva: si te deprimes no tienes que hacer nada, sólo quedarte en casa, estás deprimido. Si te deprimes no tienes ni que ocuparte de ti mismo, los demás lo harán por ti, ¿o acaso no ven que estás deprimido?Son muchos los que, antes de afrontar los estímulos que generan su ansiedad, deciden acoplarse en la zona de confort que te aporta la depresión, en la que no tienes que hacer nada. Por no hacer, no tienes ni que ser feliz.Por eso es tan difícil sacar a ciertas personas de esa zona de seguridad, porque lo primero que piensan es: "¿merece la pena?" ¿Realmente merece la pena? No soy feliz, ¿y qué? Aquí estoy cómodo, aquí estoy tranquilo, aquí estoy sereno, la felicidad cuesta mucho esfuerzo, la felicidad me agobia, déjame con tu maldita felicidad y vete al cuerno...Sólo que no es verdad. No estás cómodo, ni tranquilo, ni sereno. El estrés sigue habitando en ti, lo hizo desde el principio. El estrés no es el trabajo, no son las responsabilidades, no es tu madre o tu pareja... El estrés es tu mente. Tu mente diciéndote: "Algo malo va a pasar en el trabajo, o con tus responsabilidades, o con tu madre o con tu pareja... y eso malo que va a pasar va a ser horrible". Así que a través de la depresión eliminas fuentes de estrés, o te ocultas de ellas, las evitas, huyes. Pero de tu mente nunca vas a poder huir. Y por muy pocas fuentes de estrés que existan en tu entorno, tu mente te va a seguir presentando la posibilidad de que algo malo va a pasar y que va a ser horrible.Escogiste, porque lo hiciste, la depresión como una solución a tu problema con el miedo. Es como el chiste "¿Qué eliges, susto o muerte?". Sólo que escoges muerte. Y no es una buena solución.Seguramente entender que, por mucho que tu mente insista en ello, nada malo tiene por qué pasar y, que si pasa, tampoco será tan horrible y podrás sobrellevarlo, no sea tampoco la solución definitiva, pero puede ser un buen punto de inflexión...... para salir de la cueva de la depresión...... y enfrentar tus miedos.Y claro joder, claro que merece la pena.Un abrazo.