Me duele la barriga, es viernes y acabo de digerir dos horas de película. Antes del final, me he dormido un minuto (o 59 segundos, que también puede ser) y he seguido el ritmo como si hubiera despertado de una invernada de seis meses.
No quiero llegar a nada en concreto, simplemente, a que necesitaba plasmar que lloro aunque no quieras y que tengo ganas de decirte que hoy me pusieron un 90/100 en la Unidad 1 y me regalaron una Coca Cola con mi nombre. Que salí airosa en aventuras cochísticas y que te sueño cada noche.
Miro el reloj y me sorprenden cuatro meses.
Aunque solo sea por ti, intentaré seguir viendo el lado bueno de las cosas…