En el mercado encontramos un amplio abanico de modelos de aspiradores nasales, sean manuales o eléctricos, que se ofrecen como una solución para poder despejar con facilidad la nariz del bebé para que pueda respirar mejor. Pero los pediatras explican que el lavado nasal es mejor y más efectivo que el aspirador nasal por varios motivos, el primero es que el aparato realiza una succión que provoca que la piel que recubre el interior de la nariz se reseque, también produce en ocasiones sensaciones desagradables en el oído, algo lógico teniendo en cuenta que los oídos y la nariz están conectados internamente a través de un conducto denominado trompa de Eustaquio.
No es que no se puedan utilizar este tipo de aparatos, pero se recomienda un uso reducido, de una o dos veces al día y sólo en el caso de que exista mucha mucosidad por gripe o resfriado común. El lavado nasal es la opción más respetuosa y efectiva a la hora de eliminar la mucosidad en los bebés, además se pueden realizar tantos como sean necesarios para que puedan respirar mejor y se sientan más cómodos.
El lavado nasal se realiza con suero fisiológico o solución salina normal, se trata de un compuesto elaborado con agua y sal o con agua de mar que se suele encontrar en las farmacias. El suero se introduce por uno de los orificios de la nariz utilizando una jeringa, un cuentagotas u otros sistemas de pulverización, logrando limpiar la zona retro nasal conduciendo la mucosidad hacia la parte posterior de la nariz y la garganta. Es preferible utilizar un sistema de mono dosis desechable a fin evitar la contaminación de gérmenes, con el uso de jeringuillas u otros accesorios, es necesario limpiarlos correctamente después de cada uso.
No es recomendable utilizar un mismo sistema de succión entre hermanos, ya que el riesgo de que los virus pasen de uno a otro es mayor, por ello la mejor propuesta es el uso de las pipetas mono dosis. El mayor inconveniente con el que nos encontramos a la hora de realizar un lavado nasal es la negativa de los bebés y niños pequeños, en los bebés cuesta un poco pero en los niños pequeños la cosa se complica y oponen una gran resistencia, en este caso merece la pena tener en cuenta los siguientes consejos para facilitar la puesta en marcha de la técnica.
En el lavado se puede tumbar al niño para poder realizarlo, sea boca abajo o boca arriba, de la manera que mejor podemos sujetarle, pero siempre procurando que tenga la cabeza girada hacia un lado y evitar que la eche hacia atrás. Hay que recordar que siempre se deberá introducir el suero fisiológico por el orificio nasal que queda más elevado, si la cabeza está colocada hacia la derecha se deberá introducir el suero en el orificio izquierdo, si por el contrario la cabeza está colocada hacia la izquierda, se deberá introducir el suero por el orificio nasal derecho.
El suero se ha de introducir con determinación, es decir, con una cierta presión ya que de lo contrario tendrá poco efecto. Una vez realizada la introducción del suero, se puede sentar al pequeño para que le resulte más fácil expulsar las secreciones nasales, esta operación se deberá realizar con los dos orificios de la nariz. Cuando la mucosidad es más consistente y obstruye la nariz impidiendo respirar a través de ella, se puede introducir suero y practicar un suave masaje nasal a fin de reblandecer la mucosidad, esta operación se puede realizar dos o tres veces para facilitar la expulsión de las secreciones. Hay que recordar que parte de la mucosidad será expulsada, pero una parte será tragada, algo que no supone un inconveniente ya que hay que tener en cuenta que el moco nasal es producido continuamente y la mayor parte la tragamos sin que nos demos cuenta.
Sobre el momento de realizar los lavados, es preferible que se lleven a cabo antes de dormir y antes de las tomas de los bebés, el suero deberá estar a temperatura ambiente a fin de reducir sensaciones desagradables por el contraste de temperatura. Dependiendo de la edad se recomienda una cantidad de suero, los pediatras y farmacéuticos nos indicarán que cantidad se puede utilizar. Así que ya lo sabéis, los succionadores son aparatos cómodos pero no son efectivos y tampoco son respetuosos por el riesgo de sequedad e incluso irritación, la mejor alternativa para facilitar la respiración y mejorar el bienestar es el uso del suero fisiológico.
Foto | nudelbach
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El lavado nasal es mejor y más efectivo que el aspirador nasal