(También podría, la grúa, haber hablado así):
Vuelve la grúa a indicarme, por si se me había olvidado, el lugar donde se esconden mis deseos insensatos. Que de los otros no tengo, no porque estén agotados, sino porque nunca supe desear sin su contrario.
Grúas en Santa Matilde. AJR.
El cielo lo ampara todo: bajo su azul impertérrito, la luz es siempre un milagro. Cuando levanto los ojos, veo en las nubes el tiempo, que me mira y va pasando.