El Tarot es algo más que lanzar e interpretar cartas. También es un ejercicio de comunicación y, como tal, depende del lenguaje para ser más efectivo.
Los consejos de hoy giran en torno a un uso positivo del lenguaje del Tarot. También va de establecer conversaciones que transmitan confianza a las personas que acuden a nosotros en busca de una lectura. Y no es fácil.
Las ideas preconcebidas
Las ideas preconcebidas son un problema en cualquier diálogo. No solo en el Tarot, también en cualquier otro tema.
Estas concepciones determinan nuestras decisiones, nuestra percepción del mundo y las emociones que desplegamos en el día a día.
Sin una mínima apertura de miras, la tarotista fracasa en su intento de ampliar la perspectiva del consultante.
¿Cómo recomendarle a una persona otros caminos si tú nunca te has atrevido a salir del tuyo?
Un ego que se desborda
Yo, yo, yo y yo. Cuando un profesional del Tarot introduce constantemente su propia experiencia en la lectura, está menospreciando a la otra persona.
Deja de un lado el ego y solo introdúcelo en la consulta en el caso de que tu experiencia esté muy relacionada con ella.
A no ser que el consultante tenga tus opiniones en altísima consideración, detectará que antepones tus opiniones a las suyas.
Tus filtros no son sus filtros
Todos juzgamos el mundo según un rasero que responde directamente a nuestro sistema de creencias.
De ahí que el vocabulario que empleamos incluya palabras que otros no usan o combinen términos que otras personas considerarían antagónicos.
Por ejemplo, para ti, “pantalón amarillo” puede ser un concepto atractivo. Para otra persona, puede ser señal de mal gusto.
Como tarotista, interesa conocer en un primer lugar cómo usa el lenguaje la persona consultante . Detectaremos en él muchos rasgos de su personalidad.
Qué deberíamos trabajar para mejorar nuestra comunicación
Aparte de tener en cuenta los anteriores puntos, podrías mejorar la exposición de tus argumentos.
Las palabras vagas confunden al oyente. No es lo mismo “hay una cosa que te da problemas” que “hay un bloqueo emocional que te impide realizarte como persona”. La diferencia es llamativa.
Aunque tampoco hay que pasarse de técnicos. Deberíamos adaptar el lenguaje a cada persona.
La asertividad y el lenguaje del tarot
Trabajar sobre ideas positivas mejora las lecturas.
No hablo de decirle a la gente aquello que quiere escuchar, más bien que, sean buenas o malas noticias, nuestros argumentos deberían construir en positivo.
Es cierto que algunas tarotistas se recrean en lo malo porque así enganchan al consultante. En ese caso, tendrá que salir de nosotros el hacer de la lectura una experiencia gratificante.
Foto cortesía de Kiwihug.
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