El león, la bruja y el armario es el segundo libro de la serie de fantasía juvenil Las crónicas de Narnia.
Creadas por el autor británico C. S. Lewis. El primer libro en la cronología es "El sobrino del mago", pero no esta ligado tematicamente a los demás, por lo que dejare su reseña para después.
Está serie esta compuesta por los siguientes libros: El sobrino del mago (1955) El león, la bruja y el armario (1950) El caballo y su niño (1954) El príncipe Caspian (1951) La travesía del viajero del alba (1952) La silla de plata (1953) La ultima batalla (1956)
Durante la segunda guerra mundial, cuatro hermanos ingleses, Peter, Lucy, Susan y Edmund Pevensie son enviados a la campiña inglesa, obviamente para alejarlos del bombardeo alemán.
Y son recluidos en la casona del Profesor Digory Kirke.
Cuando exploran la casa Lucy encuentra un ropero, al entrar en él, Lucy llega a otro lugar fuera de Inglaterra,de hecho, fuera del planeta Tierra, Narnia. En este lugar conoce a un fauno, el Sr. Tumnus.
El Sr. Tumnus le narra que Narnia permanece congelada todo el tiempo debido a una magia realizada por la auto-impuesta reina, la Bruja Blanca.
Y también le confiesa que debería retenerla y llevarla ante la Bruja, pues existe una leyenda que cuatro humanos destronaran a la reina, con la ayuda de Aslan. Aslan, es por cierto un León, y no cualquier león, El León. La némesis de la Bruja Blanca.
Así que Lucy regresa a Inglaterra, donde les cuenta lo que le ocurrió a sus hermanos, los cuales se burlan de ella, hasta que un día, mientras jugaban a las escondidas, algo inesperado ocurre.
Las crónicas de Narnia es una de las series de fantasía más famosas del mundo, comparable a la trilogía de J. R. R. Tolkien, El señor de los anillos. Y por cierto, Tolkien y Lewis eran conocidos.
Me hubiera encantado leer esta obra cuando era niño. Un niño físicamente, no entrare en temas tan escabrosos como mi edad mental.
El único problema que le veo al libro es que utiliza unas alegorías cristianas bastante obvias, no spoileare la escena en particular, pero cualquiera que lo lea se dará cuenta de inmediato.
Me gustan los libros juveniles, porque ha veces ocupo algo más sencillo de digerir, algo en donde no se haya perdido la inocencia, aparte como dice mi héroe, Gene Wolfe:
"Yo he recordado en ocasiones que, si bien tú no eres ya un niño, sigue viviendo en ti el niño, porque aquellos en quienes el niño ha muerto no se sientan a escuchar historias."
No me queda mucho que añadir antes eso.
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