Revista Cultura y Ocio

El levantamiento de Varsovia (1944)

Por Joaquintoledo

levantamiento-de-varsoviaUno de los países que más ama la libertad es también el que más ha luchado por ella. Descubra otro episodio de la segunda guerra mundial.
Luego de la invasión nazi a Polonia y el reparto de dicho país con la URSS, su población no dejó de sufrir un flagelo tras otro. En el exilio el gobierno polaco observaba impaciente los acontecimientos de la guerra.

En 1943 se descubrió la muerte de miles de oficiales polacos que fueron asesinados no por los nazis sino por los soviéticos, lo cual no hizo sino más que enfriar las relaciones entre ambos países. Este acontecimiento pasó a llamarse la Masacre de Katyn. Ahora bien, cuando se iba haciendo evidente la derrota de los nazis en todos los frentes de la guerra, el gobierno polaco en el exilio perdía las esperanzas de construir un régimen democrático en la pos-guerra. Una cosa estaba clara: Stalin invadiría el país y lo adheriría a su órbita comunista. Por ende era indispensable el intentar liberar a Polonia por las propias manos de la resistencia de dicho país, antes que por los rusos, quienes ya estaban ocasionando terribles derrotas a los nazis en todo el frente oriental.

Conscientes de esto, los polacos creyeron que era el momento propicio para levantarse y dar un golpe final a los alemanes en sus tierras.

El porqué del levantamiento y los preparativos
A mediados de julio de 1944 los rusos estaban muy cerca de Polonia, por lo cual el mayor movimiento de la resistencia polaca, es decir el Armia Krajowa, decide aprovechar el momento y actuar, sin esperar ayuda internacional ni tampoco de los rojos. Mientras tanto los nazis se preparaban a la inminente llegada de los soviéticos construyendo fortificaciones, o mejor dicho ordenando construirlas, pues cerca de 100 mil polacos se encargaron de dichas tareas alrededor de la capital, orden dada por el gobernador nazi Hans Frank, aunque claro el anuncio fue cínico pues pretendía que los polacos colaboraran para detener a lo que los nazis llamaban las hordas de los barbaros comunistas.

Los soviéticos por su parte, no estaban de acuerdo con que los de la resistencia lograran sus planes, pues desconocidos no les eran, sin embargo, de modo embustero animaban a la resistencia del pueblo polaco a colaborar con ellos, luego la reunión de Molotov con miembros de la política polaca en Moscú, parecía anunciar buenas relaciones, empero luego sucedería un hecho totalmente controversial que confirmó una vez más el maquiavelismo de Stalin. Si en caso los polacos llegaran a fracasar en los primeros días de ofensiva, se esperaba que los rusos al menos den el golpe final. El gobierno polaco en el exilio y los aliados debieron proporcionar al menos algo de suministros, pero los días pasaban y no llegaba ningún tipo de ayuda. Por cierto la orden alemana de construir las fortificaciones no fue acatada del todo, y por ello, urgía o tomar una decisión o los alemanes desencadenarían toda una ola de represiones alrededor de la capital.

Las fuerzas de resistencia polaca sumaban unos 38 mil soldados, a propósito 4 mil era mujeres; otras fuentes ascienden el número total hasta 50 mil. Los alemanes contaban con algo así de 26 mil soldados, aunque otras fuentes citan hasta 40 mil soldados, eso sí, mucho mejor armados.  Los informes del 31 de julio dijeron a los polacos que entre las líneas alemanas los rusos habían conseguido abrir unas brechas y ahora se podía confiar en su cercanía, por ende en base a este informe en presencia del viceprimer ministro Janowski, el general Bor Komorowski ordenó al coronel Antoni Chrusciel, alias Monter el ataque el 1 de agosto a las 17 horas.


El inicio del ataque

El inicio del ataque fue exacto, el 1 de agosto a las 17 horas todos los polacos, llenos de ira, se sublevaron contra el odiado invasor. Los alemanes ya preveían unos movimientos, en especial por sus propias espías alrededor de la capital y algunos polacos que colaboraban con ellos. Sin embargo, el plan al menos en un inicio tuvo gran éxito, pues nadie supo coordinar una buena defensa. Los alemanes fueron cogidos por sorpresa  y el ataque parecía más organizado de lo que esperaban. Los combates fueron intensos pero gran parte de los polacos consiguieron tomar sus objetivos. Los días 2 y 3 de agosto las cosas cambiaron. Los de la resistencia no contaban con el aparato bélico adecuado para hacer frente a instalaciones de hormigón, por otra parte los nazis atacaron con más vehemencia, mientras que a sus enemigos se les acababan las municiones. La mayor desilusión vino cuando la batalla a orillas del Vístula entre alemanes y soviéticos se terminó y estos últimos no tomaron ninguna acción. Los de la resistencia ya atenían casi tres quintas partes de la ciudad cuando Monter da la orden de pasar a la defensiva por falta de suministros.

Himmler y Hitler estallaron en furia y enviaron refuerzos a la urbe. Mientras tanto los ataques habían dividido a las fuerzas alemanas en torno a Varsovia en forma de bolsas. La mayor de ellas estaba alrededor del palacio de Bruhl en Plac Tearalny donde se trababa un difícil combate con miembros de las SS. En el suburbio Praga, sin embargo, los alemanes consiguieron resistir, además estos controlaban dos aeródromos, la estación de radio y otras posiciones. La batalla llegó a un punto muerto el cuarto día de combate pues ningún bando consiguió avanzar en sus posiciones. En los siguientes días, los alemanes intentaron recuperar su posición desde el este (Praga) a la parte oeste de la urbe mediante una operación de cerco. Se dio paso así a mortíferos combates entre ambos bandos, en los cuales los nazis esta vez hicieron gala de una potente artillería, lanzallamas, los Goliaths  y la Luftwaffe que hacían estragos en los polacos. Estos si bien conseguían recuperar algunas posiciones durante la noche, los alemanes volvían a atacar con ímpetu durante el día. Alrededor de la denominada Ciudad Vieja, los nazis fueron completando el cerco que ahogara definitivamente el levantamiento. La capital mientras tanto era destruida edificio por edificio.

Los polacos, atrapados intentaron romper el cerco alemán el 19 y 20 de agosto a través de la estación Dworzec Gdanski sin éxito alguno. El 31 de agosto, luego de sufridos intentos de romper el cerco, los polacos consiguieron escapar, dejando a numerosos heridos. Se había abandonado la zona de Ciudad Vieja, ¿qué pasaría ahora? Poco a poco los alemanes expulsaron de las cercanías del río y los puentes  a los sublevados, los cuales luego de tres días de luchas desde el 4 de septiembre, son finalmente rechazados. Como la situación de la población civil era precaria, la Cruz Roja Polaca consiguió un alto al fuego y entre el 8 al 9 de septiembre, niños, ancianos y heridos fueron sacados de la capital, aunque fuera solo un pequeño porcentaje. Pronto el resto de los varsovianos se unieron a la lucha y casi 250 mil decidieron quedarse a luchar hasta el fin mientras se mantuviese la esperanza de que los rusos llegasen.

El 10 de septiembre se retomaron los combates cuando los rusos atacaron la cabeza de puente alemana en el suburbio Praga. Cinco días más tarde los alemanes habían sido rechazados, ahora la orilla oriental del Vístula estaba en manos aliadas y parecía que se entablaría contacto con la resistencia del otro lado. No obstante los alemanes contraatacaron con tal vehemencia que se produjeron combates de ochos días ininterrumpidos en la cuales los polacos gastaron sus últimas energías y suministros. Para el 23 de septiembre toda la orilla occidental del río había caído en manos alemanas dejando como saldo un charco de sangre y una ciudad ya en ruinas.

Los polacos fueron despedidos hacia la orilla oriental con un fuego intenso que no se detuvo en toda la ofensiva. Algunas unidades del Ejército Rojo, compuesto por polacos entre el 16 y 17 habían conseguido atravesar el río, pero fueron diezmados y rechazados, mientras  que se esperaba  la ayuda total de los soviéticos…que nunca llegó. Para finales de septiembre además del río, se habían perdido los bastiones externos de Mokotown y Zoliborz así como el bosque de Kampinos.

De este modo tan patético y cruel viniendo de los rusos, los polacos se ven obligados a intervenir para detener el sufrimiento de la población civil. A través de la Cruz Roja, otra vez se iniciaron las conversaciones. A partir el 2 de octubre se ordenó el cese del fuego y ese mismo día una delegación polaca firmó la rendición. Durante la batalla, los aliados sólo colaboraron con suministros desde el aire mientras que Stalin respondía no una y otra vez cuando Churchill y Roosevelt le pidieron hacer algo en cuanto a los sublevados.

El líder soviético argumentaría  que las líneas de suministros de sus tropas a la vanguardia que podrían ayudar a los polacos, podrían verse cortadas luego de lo exitosa pero costosa que resultó la Operación Bagration. En realidad, Stalin esperaba liberar Varsovia con su Ejército Rojo sin ayuda de nadie, es más, dejó que los polacos se desangrasen para que la ciudad fuese ablandada en cuanto a sus defensas. Los historiadores de guerra soviéticos siempre defendieron la postura de Stalin respecto al peligro de que sus tropas de auxilio queden sin suministros, estando muy cerca de los polacos.

En cuanto a los resultados en víctimas fueron los siguientes: entre 150 mil a 250 mil polacos, algunos suben las cifras hasta medio millón entre muertos y prisioneros. Muchos de estos últimos fueron enviados a campos de concentración. Otros a trabajos forzados, muchos de la resistencia se filtraron en filas civiles pues casi todos los principales implicados fueron exterminados luego sin previo juicio. Los alemanes tuvieron una cantidad de muertes muy menor, unos 26 mil soldados. A continuación terminaron de aniquilar la ciudad casi en un 90%; el Ejército Rojo llegó recién el 17 de enero, encontrando tan sólo ruinas y tomando la ciudad en unas cuantas horas…Stalin se había ahorrado el combate y ahora Polonia estaba en sus manos.
Escrito por: Joaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y  con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.


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