En el taller, Flavio intentó enseñarnos e inculcarnos su manera de trabajar y nos propuso varios ejercicios "volumétricos": un abecedario ilustrado a partir de objetos, una ilustración basada en un sueño de niño (escogido entre varios, al azar) y la portada de un hipotético libro que recogiera todos esos sueños infantiles.
Los materiales que utilicé, además de un cartón rígido DIN A3 que "soportara" el resto de elementos, fueron: hilo para bordar a mano la tipografía del "rebozo" de la colcha; telas; espuma para "acolchar" la tela; cartón-pluma para separar las capas de cartón pintado entre ellas y sugerir profundidad; masilla y cartulina marrón para construir el helado que se estampa contra el ojo de la luna; cepillo de dientes para realizar el "salpicado" espacial y, cómo no, cartón gris y pintura acrílica para pintar los elementos planos (planetas y cara del niño).Des de aquí aprovecho para agradecer a Flavio la sugerencia que me dió de sustituir el cohete (claro homenaje a Mèliés) por un helado. Parecerá una tontería pero son estos pequeños detalles los que evidencian las tablas de quien lleva muchos años ilustrando. Por eso, una vez más, muchas gracias por compartir tu metodología y tu entusiasmo con nosotros. Fue un placer tenerte como profe.
