En el mundo grecorromano el papiro no fue el único material utilizado como soporte de escritura, se emplearon también las "tablillas enceradas". Estas estaban formadas por tablillas rectangulares de madera o marfil, con un pequeño margen realzado a lo largo de los cuatro lados, en la parte central que estaba hundida se esparcía la cera y sobre ella se escribía con un instrumento puntiagudo, el stilus, en la parte opuesta a la punta tenia un rascador, de forma que se pudiese borrar fácilmente la escritura rascando la cera.Las tablillas enceradas se utilizaban para ejercicios escolares, para cuentas, para comunicaciones epistolares y para borradores de los poetas. Generalmente se unían con cuerdas formando una especie de libro, según él numero se obtenía un díptico, un tríptico, o un políptico. Los documentos dípticos o trípticos, se presentaban con el texto en doble redacción.El grupo más importante lo componen las tablillas descubiertas el año 1875 en Pompeya, en la casa del banquero L. Cecilio Giocondo, son 127 y comprenden desde el año 15 al 62 d. de C.; estas contienen los recibos de la administración municipal, de la cual Giocondo era el arrendador.Son parecidos a las tablillas enceradas los dípticos consulares de marfil ricamente esculpidos, aproximadamente son 71 de los cuales el más antiguo es un díptico sacerdotal del año 388. En la Edad Media se utilizaron para usos litúrgicos como tapas de evangelios y misales de gran lujo.EL CÓDICEEl libro manuscrito se llama "códice". El rollo o volumen, que fue la primera forma del libro en la civilización antigua del mundo occidental y en Oriente, entró en competencia con el códice al principio de la era cristiana y posteriormente fue sustituido por este, es decir, el conjunto de cuadernos formados al doblar una o más hojas y cosidos unos a otros. La etimología de la palabra es caudex, tronco de árbol o corteza.El destino del códice fue más brillante que el del rollo. Son numerosas las interrogantes, refiriéndonos a la técnica con la que los artesanos medievales confeccionaron el libro manuscrito bajo forma de códice con soporte de pergamino.