El Liverpool FC es el nuevo campeón del Mundo de Clubes tras imponerse por 1-0 en la prórroga al CR Flamengo brasileño en la fase final del torneo disputado en Catar. En esta penúltima edición del campeonato que sustituyó a la Copa Intercontinental, y que a partir del 2021 asumirá un formato más parecido a un Mundial de selecciones, volvió a vencer el representante europeo.
Van, con esta, siete ediciones consecutivas en las que el equipo clasificado por ganar la Champions League, acaba convirtiéndose en Campeón del Mundo. De hecho, de las 14 ediciones disputadas como Copa Mundial de Clubes de la FIFA, solo en dos ocasiones han ganado equipos de otra Confederación. Curiosamente, esos dos entorchados cayeron en manos de equipos brasileños. En 2006, Internacional de Porto Alegre derrotó al Barça, y en 2012, Corinthians venció al Chelsea británico.
Para el Liverpool, este es su primer título Mundial en cuatro participaciones. Las dos primeras ocasiones, aun se denominada Copa Intercontinental. En la de 1981 fue precisamente Flamengo quien les vapuleó por 3-0 en Tokio, en mitad de una racha de dominio sudamericano. En 1984, con idéntico escenario, fue Independiente de Avellaneda quien se impuso. Volvió a ser un equipo brasileño, Sao Paulo, quien venció en 2005 en la final al Spanish Liverpool de Benítez, en una competición que ya incluía a los campeones de todos los continentes.
A pesar del dominio de los europeos, y del hecho de que el Liverpool no tuviera aun esta copa en sus vitrinas, éste sigue siendo un trofeo que se toman mucho más en serio en América. Aunque suene a tópico, para los ganadores de la Champions es poco más que un estorbo a mitad de temporada, que veremos como afecta a los de Klopp. Mientras, los vencedores de la Libertadores lo ven como el complemento ideal a una buena temporada.
Aunque el vencedor haya venido de la Confederación habitual, la diferencia este año respecto a algunos de los últimos, ha estado en que América ha presentado a un equipo auténticamente competitivo. Este Flamengo de Jorge Jesus es un equipo compacto. Con una buena mezcla de veteranos vueltos de Europa y jugadores con experiencia en Brasil que resulta interesante.
El Flamengo, campeón de la Libertadores 2019 (fuente: Marca)Formó Klopp en el Liverpool con su habitual 1-4-3-3. Con Alisson en portería, defensa de cuatro con Joe Gomez y Van Dijk por el centro, junto a Alexander - Arnold y Robertson por los laterales; delante de ellos, Henderson marcaba el paso con Oxlade - Chamberlain y Naby Keita a sus flancos. Arriba, el tridente de lujo, con Mané y Salah abiertos y Firmino como punta. Dentro del tiempo reglamentario, tan solo sustituyó a Oxlade - Chamberlain por Lallana, mientras que en la prórroga, con el resultado ya a favor, introdujo a Milner por Keita, a Origi para dar oxígeno a Firmino en la segunda parte de la prórroga, y a Shaqiri por Salah para perder tiempo en el minuto 121.
Jorge Jesus planteó un 1-4-2-3-1 con varios viejos conocidos. Uno de ellos, el portero Diego Alves. En defensa, dos veteranos como el exlateral del Bayern, Rafinha, y el exatlético Filipe Luis. Como centrales, Rodrigo Caio, cuyo fichaje fue frenado por el Valencia en 2015 en las pruebas físicas, y el español pablo Marí, que llegó esta campaña desde el Deportivo de La Coruña. En el doble pivote, Willian Arao, que como juvenil estuvo una temporada en el Espanyol de Barcelona, y Gerson, quien pasó por la Roma. Como mediapuntas, el internacional Everton Ribeiro por la derecha, el veloz Bruno Henrique percutiendo desde la izquierda, y el internacional uruguayo De Arrascaeta manejando el juego por el centro. En la punta, Gabriel Barbosa Gabigol, quien finaliza proximamente su cesión en Flamengo por parte del Inter de Milán.
Antes del final de los noventa minutos entraron Vitinho por De Arrascaeta y Diego Ribas, ex del Atlético y del Wofsburgo, por Everton. Ya en la prórroga, para buscar el empate, entraron Lincoln por Gerson y Orlando Berrio por Willian Arao.
Como decíamos, veteranos de vuelta de Europa, como Alves, Filipe, Rafinha o Diego, con jugadores a los que el salto al fútbol europeo no les fue propicio, como Rodrigo Caio, Bruno Henrique, Gerson o Gabigol, y experimentados en el fútbol sudamericano como De Arrascaeta, Willian Arao o Everton.
Sin embargo, este serio equipo de Jorge Jesus, empezó sufriendo. Un balón a la espalda de la defensa que cazó Firmino y una dejada de Salah a Keita, pudieron poner en ventaja al Liverpool en los primeros cinco minutos. En ambos casos, con todo a favor, los remates se fueron altos.
Filipe Luis, atento a Salah (fuente: Mundo Deportivo)Una vez superados los sustos iniciales, el Flamengo igualó bastante el manejo del partido. Aunque se percibía la superioridad técnica del Liverpool, a base de esfuerzo y buena colocación, los rubronegros lograron neutralizar el habitual peligro de los de Klopp. Para ello, lograron presionar arriba con fuerza sin dejar demasiado espacio libre a la espalda de la defensa. En algunas jugadas se percibía como el equipo se rompía a la hora de defender. Algo que no suele ser muy buena señal, pero que el Fla parecía hacer conscientemente. Era su forma de alargar la manta corta que suelen ser los esquemas tácticos en el fútbol.
Así aguantaron en el primer tiempo, en un partido movido y entretenido, aunque faltaran grandes ocasiones. Al principio de la segunda mitad volvió a gozar de opciones claras el cuadro red, pero que no lograron consumar. Aunque Bruno Henrique puso en algún problema a Alexander - Arnold, y a pesar de que Gabriel tuvo una bonita chilena que Alisson atrapó sin problemas, los brasileños aguantaban sin hacer demasiado daño.
Parecía abocado el partido a la prórroga cuando el colegiado catarí Al Jassim entendió como penalti una entrada de Rafinha sobre Mané en el minuto 93. Por suerte, el VAR, con el español Martínez Munuera al mando, le sacó de su error. No solo hay que hablar del VAR cuando no sirve para solucionar errores, ya que en esta ocasión evitó que se decidiera un título por una injusticia.
En la prórroga, el nivel físico y técnico del Liverpool fue demasiado para el Flamengo, que parecía más desfondado. A los nueve minutos, Henderson lanzó una contra para Mané, que encontró a Firmino en el área. El brasileño tiró de clase y sangre fría para sentar a portero y defensa compatriotas y marcó el gol decisivo. Como en semifinales, Firmino al rescate de un Liverpool del que se esperaba algo más.
Desde entonces al final, la buena voluntad del Flamengo no fue suficiente. Apenas gozó de oportunidades a pesar de su fe en el empate. Con el recuerdo que dejó Diego Alves en la Liga Española, cabe pensar que si esta final hubiera llegado a los penaltis, probablemente en Río habría habido fiesta.
Firmino, héroe del Mundial de Clubes 2019 (fuente: Diario As)En definitiva, digna final para dos grandes equipos. El Liverpool fue justo campeón, aunque el romanticismo me haga ponerme del lado del equipo sudamericano. Dada la diferencia de poderío económico a los dos lados del océano, ya parece suficiente con que le planten cara a los grandes europeos.
El torneo volvió a ser insuficiente para lo que debería ser un Mundial. Cualquier comparación con su homónimo de selecciones resulta odiosa. Tengo ganas de ver el nuevo formato, aunque sospecho que los equipos no europeos puedan ser meras comparsas.