Que tal amigos. Hoy nos vamos a comer la calificada como mejor fabada del mundo en 2013, según las XX Jornadas culturales y gastronómicas de les fabes de Villaviciosa, ¿en dónde? En el Llar de Viri, en San Román de Candamo. Se trata de una casa de comidas, miembro del Club de Guisanderas de Asturias, así como del movimiento Slow Food, como restaurante Km 0. Este movimiento apuesta por una filosofía en la cocina, que entre otros conceptos, implica la utilización de productos locales y de temporada. Muy interesante.
Se trata de un restaurante con una decoración muy tradicional, que traslada la sensación de estar en una casa de aldea, mezclando elementos rurales, con libros amontonados, juegos de tazas, cojines en las sillas,…
El trato en todo momento es muy cercano y atento. Te presentan la carta, indicándote los productos que hay de temporada, y la preparación de algunos de ellos, lo cual es de agradecer.
En la carta destacan platos tradicionales y alguno con un toque más innovador. Fabada, Pote, Cachopo de Setas, Calamares en su tinta, Pudding, Huevos con patatas y chorizo, Pitu Caleya, Cachopo de Gochu Asturcelta, Callos, Arroz con leche,…
En nuestra visita pude probar los siguientes platos.
La fabada, deliciosa, una faba muy fina, el chorizo un poco alegre, el caldo gordín y justo de grasa y el tocino casi desecho, realmente buena. Con dos raciones pueden tomar un plato hasta cuatro personas.
El cachopo de setas estaba muy bueno, con un jamón riquísimo y una salsa para dejarse el trozo de pan, y acompañado de patatas.
El pitu de caleya, normal, rico, pero no me pareció nada espectacular, acompañado de patatas y arbeyos.
El cachopo de gochu, rico. Se trata de una rodaja de lomo de cerdo abierto en mariposa, relleno con pimiento, jamón y al menos dos tipos de quesos, un cabrales y otro que yo diría que era tipo Oscos. El sabor del cerdo es fuerte, me parecía que estaba adobado. Está rico, pero yo prefiero un cachopo de ternera, creo que tiene más sentido y los sabores combinan mejor. Viene acompañado de patatas.
De postre arroz con leche, perfecto, requemao, muy rico y delicia de chocolate caliente, también rico, sobre todo el helado de mandarina.
El café es de puchero, muy rico.
Todo esto, junto con agua y sidra por unos 45 € por pareja, y he de decir que salimos más que fartucos.
Ya veis, en general está muy bien, trato, cantidades, calidad y precios. Destaco, el concepto de cocina de temporada y de productos de proveedores locales, me parece fabuloso. Deberían tomar nota más establecimientos, ya que es una forma de apoyar al productor local, crear tejido productivo y mantener el interés por productos que de otra forma no tendrían oportunidades en el comercio actual.
Un cinco lametones
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