Jerry Richardson (Carolina Panthers), representante de los propietarios
Leía estos días al mediático D. Leopoldo Abadía (ya sabéis, el de la Crisis Nin-ja), hablar de lo que para él representa una buena negociación: "trabajar en silencio, sin ruido y en privado". Cuando se hace de cara a la galería, los responsables de llevarla a buen término están demasiado ocupados en mostrar músculo y demostrar a sus partidarios que están defendiendo duramente sus posturas. En estas condiciones, en realidad la negociación no existe. Esta es la etapa en la que nos encontramos: denuncias, acusaciones, algún que otro insulto; en otras palabras, todos únicamente preocupados por transmitir un claro mensaje: "tranquilos chicos, estamos repartiendo estopa y no nos dejaremos pisar". Mal planteamiento cuando uno entiende una negociación como un acto en el que resulta un vencedor y, en consecuencia, un vencido.Roger Goodell, comisario de la NFL
Y así continuarán hasta que alguien (persona dotada de la suficiente autoridad moral), o algo (las urgencias de un tiempo que se agota), obligue a las partes a dejarse de estupideces y concentrarse en lo fundamental: llegar a un acuerdo. Desde el principio he creído que ese "alguien", llamémosle Mr. President, intervendría en el asunto por una razón bien sencilla: no están estos tiempos, ni aquí, ni en los Estados Unidos, como para dejar al ciudadano medio, la próxima temporada, sin fútbol americano ni baloncesto profesional. De momento, Obama apareció hace pocas semanas para afirmar que "asumo que en un momento en el que la gente está haciendo recortes, preocupándose sobre cómo pagar su hipoteca o la escuela de sus hijos, las dos partes implicadas deben solucionar el problema sin el presidente de los Estados Unidos". Y remató: "es difícil de entender que con unos ingresos de 9.000 millones no alcancen un pacto y se olviden de esta manera de los intereses de sus seguidores. Yo tengo ya suficientes cosas en la cabeza como para meterme en sus asuntos". Digamos que el primer toque de atención ha sido bastante moderado pero no me cabe ninguna duda que, en caso de ser necesario, el segundo aviso será más contundente y menos público.DeMaurice Smith, representante de la NFLPA
¿Cuánto puede durar esta situación?. O lo que es lo mismo, ¿cuando va a acabar el lockout?.Lo que tarden todos los protagonistas en aislarse del mundo. Quizá lo más conveniente fuera que se sentaran a la mesa en el interior del refugio nuclear más profundo, a pan y agua y con las boquitas cerradas y con solo una orden: a trabajar!.
Doble contra sencillo a que en un plazo no mayor de dos semanas, visiblemente demacrados, probablemente agotados, pero victoriosos, ambas partes conseguirían lograr un acuerdo beneficiosos para todos, empezando por los aficionados.