¿Cómo vamos a trabajar en los próximos meses e inclusive, años? Es una pregunta válida porque el mundo cambió radicalmente en los últimos 14 meses.
Hace unos días leía una columna de Peter Altabef, CEO de Unisys, sobre este tema y citaré algunas de sus ideas dentro de esta reflexión necesaria porque las formas y recursos con las que laborábamos antes del confinamiento ya no son capaces de dar soporte a las maneras en que hoy desarrollamos nuestro trabajo.
Cada vez más resulta indispensable el manejo de diferentes plataformas tecnológicas acordes a las diversas necesidades ya que tenemos nuevos modelos operativos en donde la colaboración, por ejemplo, adquirió un papel mucho más relevante que antes.
En un artículo de la firma analista IDC titulado ‘Digital Workplace Insights: Buscando la paridad digital y de experiencia para respaldar a la fuerza laboral híbrida’, los resultados enmarcan el hecho de una demanda de reconocimiento a los trabajadores. En otras palabras, un empleado que recibe reconocimiento por su trabajo obtiene buenos resultados comerciales al proporcionar un vínculo social necesario para los que en realidad no se reúnen o que no se reúnen con tanta frecuencia de manera presencial. Me parece apenas obvio, pero el estudio lo ratificó.
Por otra parte también aparece el tema de los horarios flexibles como refuerzo del equilibrio entre el trabajo y la vida. Las personas han ganado bastante con la posibilidad de compartir más tiempo en sus hogares con sus seres queridos mientras están trabajando, pero también ha puesto desafíos por la convivencia y los mismos espacios físicos.
Con horarios flexibles y la capacidad de trabajar en cualquier momento o en cualquier lugar, los empleados sienten una mayor satisfacción en el trabajo.
Finalmente, un lugar de trabajo ágil facilita herramientas de colaboración. Aquí es donde los empleadores tienen que priorizar las tecnologías que mejoran la conectividad de los colaboradores y la experiencia en equipo.
Así las cosas, el reto de las áreas de talento humano de las organizaciones es entender las necesidades de sus colaboradores, los flujos de comunicación y los procesos que son soportados por los equipos de trabajo.
No sabemos cuánto tiempo más seguiremos en esta situación, pero en todo caso este confinamiento nos ha enseñado la necesidad de repensar las formas de trabajar y de relacionarnos. No podemos volver al día antes de la pandemia, tenemos que aterrizar en un nuevo escenario producto de los aprendizajes.7
Nota: Columna publicada originalmente en Vanguardia el 27 de mayo de 2021 y puede escuchar la versión podcast en Anchor.