Revista Opinión

El lugar del periodista

Publicado el 24 septiembre 2018 por Vigilis @vigilis
Cuidadito con lo que escribes, cuidadito con lo que dices, cuidadito con lo que piensas. Simplicísimos periodistas de El Mundo divulgan su falta de comprensión lectora al denunciar en carta pública a Arcadi Espada (columnista del medio) por su lenguaje "homofóbico y grosero". Tal vez su intención no era dar a conocer al público su inoperancia a la hora de analizar un sencillo texto sino reivindicarse como constructores de altares morales. Quieren ser Jorge de Burgos pero para ser Jorge de Burgos antes hay que leer y entender lo que se lee y por ello se quedan a medio camino, más o menos a la altura de una mediocre institutriz puritana.

El lugar del periodista

¡No os riais! ¡Reírse deforma la cara!

Así ataca hoy la que estrictamente podemos identificar como reacción: la construcción del altar moral implica recurrir al tabú, a la prohibición de palabras, al encorsetamiento del pensamiento. Arcadi Espada no nació ayer ni empezó a escribir ayer. Cualquiera que haya seguido su trayectoria sabe que Espada no es homófobo pero aunque lo fuera no es denunciado por su trayectoria sino por un texto muy concreto... cuyo tema no es ese.
A mí me parece importante tener en cuenta el tema del artículo que se denuncia: la columna denunciada por los gorriones y la Fe Militante trata de una comisión de investigación (creo que sobre la corrupción del PP. Interludio: asunto que merece consideración es que el tema de la comisión haya sido lo de menos tanto para los diputados como para los periodistas. El problema de nuestro país con la miopía es grave) y básicamente Arcadi Espada denuncia el paripé que supuso esa comisión por parte de ciertos diputados. Cuando le toca el turno de hablar del diputado Gabriel Rufián, Espada plantea entrecomillada la forma en que uno debe dirigirse a este señor diputado.
Ah, pero el periodista de sansoniana cabellera cometió el error de escribir palabras prohibidas: ⓜⓐⓡⓘⓒⓞⓝⓐⓩⓞ y ⓟⓞⓛⓛⓐ. Imagino que lo de homófobo viene por la primera palabra y lo de grosero por la segunda (no estoy seguro, Arcadi Espada también usa las palabras "implícita" y "fáctica", igual esas son las palabras prohibidas: siempre ha sido difícil seguirle el ritmo a los imbéciles).

El lugar del periodista

Me mola que subrayen "the Bible".

Reconozco que me hizo gracia la respuesta de Espada. Tres días después en su misma columna el señor Espada publica íntegra la carta de los periodistas reaccionarios enemigos de los libros de lengua que estudian los niños en Educación Primaria (se me agotan las metáforas para llamarles analfabetos).
Es un recurso elegante que ya usó Espada alguna otra vez: dejar que el público juzgue. Claro, un análisis mínimo de ese texto deja a esos periodistas a la altura del betún pues no se sonrojan en presentar joyas como "respetamos la libertad de expresión PERO hay líneas rojas", "los trabajadores y trabajadoras", "no juzgamos opiniones PERO sí expresamos rechazo", "publicar columnas INTOLERABLES en DEMOCRACIA" (me gusta mucho esta frase pues implica que en una dictadura puede haber más tolerancia). También por el medio meten una cita del libro de estilo con un descontextualizado ejemplo intercalado entre guiones porque básicamente les sale de los huevos.
En fin.
Bah, por meter más patatas en el caldo: la carga de la denuncia por homofobia viene de asociaciones. Ya sabéis: cuarenta mil asociaciones que en total suman tres socios, dos de ellos hermanos. Añado que esta no es la primera vez que se intenta hacer una caza de brujas por motivos políticos. A nadie se le escapa que la significación política de Arcadi Espada está detrás de esto. Ningún ofendidito denuncia cuando las palabras prohibidas las usan quienes ideológicamente están en el lugar adecuado. Si en el fondo la homofobia, la grosería y lo que venga les da igual. A quien vive en la mentira sólo le queda la pose.

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