Manchester City 4-0 Porto
Con un gol de Agüero a los diecinueve segundos, Mancini se encontró con el escenario deseado. El Oporto mostró buenas intenciones y juego y estuvo cerca de igualar la contienda ante un City metido en su madriguera. Sin embargo, el gol de Dzeko (tras pase genial del Kun) terminó por deprimir definitivamente al actual campeón que acabó destrozado en el marcador. 4-0 en el Etihad Stadium (6-1 global)
La losa más pesada caería en la mente del Oporto a los diecinueve segundos. La recuperación de De Kong, el pase en profundidad de Touré y el remate de Agüero parecían sentenciar la eliminatoria. El City comenzó a jugar con más intensidad de la que pudiera pensarse de un equipo con dos goles de ventaja en el global de la eliminatoria. Aunque el Oporto presentó oposición con buenos intentos de combinar, la calidad del Kun y la potencia de Touré suponían una amenaza constante para los portugueses.
Liderados por un activo Moutinho, el Oporto dio la cara. Con un buen entendimiento entre sus líneas y un claro afán de posesión, comenzó a dominar el partido, consciente de la dificultad del reto y del tamaño cualitativo de su enemigo, personalizado en Agüero. Hulk estuvo mucho mejor que en la ida, más responsable del ataque de su equipo y entendiendo mejor el juego. Los locales decidieron retrasarse unos metros y esperar cómodamente en su campo, asumiendo así los riesgos inherentes. Al Oporto le faltaba precisión pero se estaba haciendo merecedor de un mejor resultado. Con un intercambio de ocasiones, a la contra del City y a balón parado de los portugueses, finalizaría la primera parte en una lloviosa Manchester que no temía por la clasificación de su equipo.
La inercia del partido continuaba siendo la misma tras la reanudación. El esfuerzo del Oporto contrarrestaba con la racanería física de los locales, que decidieron seguir esperar en su campo a los visitantes. Tras un par de ocasiones, incluso llegó a producirse el empate, bien anulado por el árbitro por posición antirreglamentaria de James.
Sin embargo, tras ciento sesenta minutos quedaba claro que esta no sería la eliminatoria del Oporto. Una contra con un gran pase de Agüero posibilitaba el gol de Dzeko y la puntilla definitiva a la batalla. Resultado para el City y honores para los portugueses, que cayeron con carácter y apostando por el buen fútbol. Aún daría tiempo para que Silva marcara su séptimo gol de la temporada y Pizarro se estrenara con la camiseta de los mancunianos. El 4-0 final se antoja excesivo para los méritos de unos y otros sobre el césped pero dolorosamente real para los actuales campeones de la competición.
Independientemente del resultado, todo el partido (e incluso la eliminatoria) supuso una clara muestra en público de lo que quiere Mancini para su equipo. Una apuesta más o menos elogiable en función de los gustos futbolísticos, pero sin duda conservadora respecto al espectáculo que este equipo podría ofrecer. Un bagaje ofensivo basado en los balones largos de Touré y las carreras del Kun parece escaso para la inversión y nómina de jugadores del Manchester City. Lo contrario podemos concluir del Oporto, desmantelado tras su triunfal temporada pasada pero manteniendo una identidad de pretensión de buen fútbol. Merecieron más los portugueses pero la suerte y la calidad estuvieron del lado de los ingleses, que esperan rival entre el Legia Varsovia y el Sporting de Braga. 4-0 (6-1) en el Etihad Stadium.
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