Esta pequeña estatua que representa a un niño desnudo orinando en el cuenco de una fuente es uno de los símbolos de Bruselas y uno de los monumentos más conocidos de esta ciudad. Todo turista que viene de viaje a la capital belga se acerca a verlo, sin embargo la gran mayoría se decepciona esperando encontrar algo más de lo que es. Para algunos el Manneken Pis es una de las atracciones turísticas más decepcionantes de Europa.
Ciertamente es sorprendente como una figurilla de 61 centímetros ha podido alcanzar tanta notoriedad internacional y convertirse en uno de los monumentos más visitados y fotografiados de Bruselas. Desde luego no es porque sea una obra maestra de la escultura, de hecho es una mala copia del original que está expuesto en el Musée de la Ville (el museo de la ciudad situado en la Grand Place). Algunos le atribuyen tanta fama a que simboliza el espíritu rebelde de Bruselas y de los bruselenses.
A pesar de que llevo más de 10 años viviendo en esta ciudad no sabría decir si los bruselenses son rebeldes o no. Lo que si es cierto es que la gran mayoría de leyendas construidas alrededor del Manneken Pis llevan una alta carga de situaciones de lucha y rebeldía. Por ejemplo una de ellas cuenta que un niño salvó la ciudad durante un ataque enemigo con cargas explosivas orinando sobre su mecha.Otra leyenda cuenta que en una batalla a mediados del S.XII las tropas del Duque Godofredo II, de dos años de edad, colgaron su cesta de un árbol y en plena batalla el niño salió y se meo sobre las tropas enemigas que acabaron siendo derrotados. Otra que suelen contar a los turistas y bastante más creíble habla de un mercader que perdió a su hijo en Bruselas. Se organizaron grupos de búsqueda y lo encontraron como si nada haciendo pipí en un jardín. Como agradecimiento el padre hizo construir la pequeña estatuilla.
Además de las leyendas, el Manneken Pis también es el objeto de una simpática tradición. Varias veces a la semana se le viste con diferentes vestidos, la mayoría representan los trajes tradicionales de países y regiones, pero también se le ha vestido de casi cualquier otra cosa, policía, bombero, jugarod del FC Barcelona o del Real Madrid, etc. La colección de vestidos del Menneken Pis asciende a más de ochocientos y pueden admirarse en el Musee de Ville, en la Grand Place en frente del Ayuntamiento. Sea porque su importancia radica en lo que simboliza o gracias a una muy acertada campaña de marketing, el Manneken Pis se ha convertido en visita obligada en todo viaje a Bruselas.