España: el país de las millones de casas vacías, los miles de edificios vacíos, las infraestructuras faraónicas sin uso y los equipamientos a medio construir. Donde la crisis y la posburbuja inmobiliaria configuran un dramático escenario para la ortodoxia arquitectónica. Un desolador panorama que, junto al momento de cambio de época en el que nos encontramos inmersos[1], evidencia la necesidad de replantear la manera en la que pensamos y construimos arquitectura. Ésta tiene que dejar de ser un «juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz» para devenir en una construcción colectiva de espacios para la autonomía social[2].
La reformulación de los axiomas que han regido la arquitectura del siglo pasado, pasa en gran medida por subvertir la lógica objetual en lo procesual, reivindicando así el valor y potencial del proceso frente a la imagen, el icono. También resulta imprescindible recuperar el valor social de la práctica arquitectónica. Es decir, que seamos capaces de poner a disposición de la sociedad civil nuestros conocimientos y herramientas para favorecer transformaciones sociales.
Para que esta actualización de la profesión sea real y efectiva, con un cambio de mentalidad no es suficiente. También se requieren nuevas herramientas o, por lo menos, una actualización de las ya existentes. Precisamente, dentro de este segundo grupo podríamos enmarcar los mapas.
Históricamente las cartografías han sido un soporte físico mediante el que describir de forma estática las características tangibles y cuantificables de un territorio. A partir de mediados del siglo XX esta condición fue alterándose, dando cabida a cuestiones más intangibles y aspectos relacionales. Ahí están, por ejemplo, la famosa guía psicogeográfica de París realizados por la Internacional Situacionista.
Hoy en día Internet y las herramientas digitales han abierto un campo de experimentación muy interesante para el desarrollo de cartografías. Tanto en la esfera física como en la digital, si es que sigue existiendo tal diferenciación. Así, la construcción colectiva en tiempo real de las mismas nos permite establecer nuevas significaciones y posibilidades que van más allá de la visualización de realidades concretas.
Desde Paisaje Transversal consideramos que esta nueva dimensión nos permite establecer mecanismos proyectuales que respondan a las lógicas en red y colaborativas que rigen la contemporaneidad. De esta manera hemos desarrollado una serie de iniciativas y encargos profesionales que entendían la cartografía como instrumento de transformación social y construcción colectiva: desde la creación de plataformas de información ciudadana georreferenciadas para la reactivación de zonas degradadas (Videomapeo streaming VdB), al desarrollo de instrumentos de denuncia global para el empoderamiento de comunidades locales (Espacios de batalla, Rio Grande o diamante da cidade), pasando por el establecimiento de canales de mediación y participación entre una instituciones públicas y la ciudadanía (#EgiaMapa).
Pero lejos de ser ejemplos aislados, este tipo de mapas se inscriben dentro de un contexto de propuestas internacionales en las que se reivindican las prácticas cartográficas como un medio multifunción que permite visibilizar, denunciar, intermediar, generar red, proponer, establecer entornos de aprendizaje y fomentar el intercambio de conocimiento.
Por lo tanto, entendemos que esa imprescindible revisión de la práctica profesional de la arquitectura a la que aludíamos al principio, nos insta a entender e incorporar las nuevas posibilidades ofrecen los mapas en los proceso creativos. De lo contrario, el futuro será siendo igual de oscuro.
Este artículo fue originalmente publicado en el número 129 de la revista Pasajes (septiembre 2013)
[1]
SUBIRATS, Joan: Otra sociedad, ¿otra política?, Icaria, Barcelona, 2012
[2] En
octubre de 2012, coincidiendo con la Semana de Arquitectura de Madrid, se lanzó
una campaña en Twitter (Call 4 Twitts)
solicitando definiciones de arquitectura que cupiesen en un tuit, a través de
la etiqueta #ArquitecturaES. Hubo 800 candidaturas, de entre las cuales 10
resultaron premiadas. Paisaje Transversal presentamos nuestra propia
candidatura a la convocatoria: «La arquitectura es la construcción colectiva
de espacios para la autonomía social», que fue galardonada, en tanto que fue
una de las cinco más populares en función de los retuits y favoritos recibidos.
Créditos de las imágenes:
Imagen 1: Cartografía de Londres que recoge y geolocaliza las lenguas utilizadas en Twitter (fuente: http://urbanmovements.co.uk/)
Imagen 2: Guía psicogeográfica de París (fuente: MACBA)
Revista Arquitectura
Sus últimos artículos
-
Activar y mejorar la red de espacios públicos para recuperar la vida urbana
-
Vídeo y presentación de la ponencia de Paisaje Transversal en COMUS 2020
-
La España vaciada se vuelca con Smart Rural 21 solicitando estrategias inteligentes
-
Escuchar y transformar, una metodología al servicio de la ciudad activa