Si algo nos ha enseñado esta crisis sanitaria, es que para vencer al COVID-19 hay que contemplar otro tipo de modelo global. Que la manera de derrotar al coronavirus pasa por un cambio de paradigma, desde lo individual a lo grupal. A problemas mundiales, soluciones mundiales. Aunque parece que muchos dirigentes hayan olvidado esta receta para intentar asomar la cabeza sobre el resto y dar rienda suelta a sus delirios megalómanos. Para ello, se escudan la desigual evolución de la pandemia en el mundo
Como era de esperar, el fútbol no iba a ser menos. Cada liga está tomando sus propias decisiones pertienentes para finalizar el truncado curso futbolístico. Ni siquiera la FIFA o la UEFA han servido para acordar una acción conjunta. Esto nos ha dejado a día de hoy, una incertidumbre mayor, puesto que cada federación ha hecho la guerra por su cuenta al COVID-19. Hay países con test, sin test, con entrenamientos, sin ellos, a puerta cerrada... Un auténtico caos organizativo del que vamos a intentar realizar un análisis en estas líneas.
Don Quijote de Huesca
Parece compartir el idealismo del legendario personaje cervantino, el oscense Javier Tebas. No importa si el COVID-19 es gigante o molino, para el presidente de la LFP la Liga debe acabar sí o sí. Erigido como la resistencia ante las voces que hablan de suspensión, Tebas no contempla otro escenario por lo que esto puede repercutir en la economía del fútbol español. Y aunque muchos le tacharon de inconsciente a principios de la crisis, ya hay voces bajas que agradecen su empecinamiento.
Como ya hemos barajado en artículos anteriores, hay muchas opciones para retomar la competición. No obstante, a día de hoy, la que mayor fuerza cobra es la de reanudar el torneo a mediados de junio para que finalice a finales de julio. Para ello, los futbolistas, que en breve volverán a los entrenamientos, contarán con una minipretemporada durante el mes de mayo. Quedan por disputar 11 partidos y en el momento de la suspensión, el Barça era líder por 2 puntos sobre el Real Madrid.
Toda solución pasa por la realización de los test a los jugadores, una cuestión que ha levantado gran polémica. Muchos se han quejado por la preferencia para realizarlos en futbolistas en un momento de gran escasez para profesionales sanitarios. De hecho, hay clubes que directamente los donaron de manera solidaria. Por lo tanto, hasta que no se lleven a cabo, no se podrá volver a la competición, ni siquiera a puerta cerrada.
El coloso tiene pies de plomo
En estos momentos de incertidumbre deportiva, la mayoría de los focos se dirigen a la liga más poderosa (al menos, económicamente) del planeta fútbol: la Premier League. Una liga a la que los problemas se le reproducen como setas. Si ya era difícil encarar un hito tan importante como el Brexit y todo lo que supone salir de la Unión Europea, el COVID-19 lo ha empeorado todo. Estos obstáculos, unidos al potencial económico en juego, hacen que el torneo inglés sea junto al espeñol, el de más incertidumbre actualmente.
La idea en las islas es parecida a la que ronda en la cabeza de Tebas. Retomar la competición a principios de junio, ellos ya entrenan desde hace días, y acabarla en julio. Para ello, contarán con la ventaja de restar tres jornadas menos que la nuestra, sólo ocho. Se habla de que sean a puerta cerrada y con los equipos concentrados en hoteles para evitar riesgos. Aunque para riesgo, el de una posible celebración red si el Liverpool termina ganado la Premier 30 años después. La Policía ya ha amenazado con suspender partidos si algo así sucede y se baraja la posibilidad de evitarlo mediante la emisión en abierto de los partidos por televisión.
El foco europeo
Desafortunadamente para el pueblo italiano, el primer foco del maldito COVID-19 en Europea provino de Lombardía. Este brutal impacto en la población transalpina parecía descartar cualquier viso de reanudación de la Serie A. Sin embargo, el fútbol es el único deporte del país que aún no ha decidido finalizar la temporada. Por lo tanto, y aunque remota, los aficionados albergan un resquicio de esperanza. Todo ello en un clima de tensión cruzada entre el Gobierno y los propios futbolistas.
Por un lado, los jugadores se han sentido discriminados por el hecho de no poder entrenar hasta mediados de mayo, y que en los deportes individuales sí se pueda hacer semanas antes. Por otro, las declaraciones del ministro competente, que ha recomendado a los mandatarios de los clubes que piensen ya en la próxima temporada. No contempla otra opción que la suspensión, lo que choca frontalmente con las expectactivas de los clubes y produce una situación de incertidumbre que no contenta a nadie.
Fiabilidad alemana
Como no podía ser de otra forma, Alemania ha sido uno de los países europeos que mejor ha gestionado la crisis sanitaria. Todo parece deberse al potente equipamiento técnico con el que el país ha frenado la curva de infección. Y evidentemente, este hecho se refleja en la vuelta del fútbol. Por eso, el país teutón será el primero en retomar la competición. Seguramente a puerta cerrada, ¿pero quién pensaría en España volver a ver un partido en Mayo?
De momento, los informes emitidos por la federación ya han recibido el Ok de los organismos oficiales. En un primer momento se hablaba de una posible reanudación el 9 de mayo, aunque parece que tendrá que aplazarse un poco.
Aunque en muchos países aún siga en el aire la vuelta a la competición, hay casos en los que ya se ha optado por zanjar el asunto. La primera de las "grandes" en hacerlo fue la Jupiler Pro League belga. Aunque aún debe ser ratificada en asamblea general, la suspensión de la liga fue decicida el 2 de abril. El Brujas, lider en el momento del parón, será el campeón y habrá que decidir los asecensos, descensos y clasificaciones europeas. La semana pasada fueron los vecinos holandeses los que decidieron finiquitar la Eredivisie. En este caso, suspensión total, como si la 2019-20 no hubiera pasado.
Pero si hay un caso polémico, ese es el que se ha vivido esta semana con la suspensión de la Ligue 1. El gobierno francés ha prohibido los eventos deportivos hasta septiembre y el todopoderoso jeque Al Khelaifi no está dispuesto a aceptarlo. El desembolso multimillonario que realiza el catarí en el PSG no soportaría un final así. Por ello, ya ha aseverado que si no pueden jugar en Francia, disputarán la Champions League donde haga falta, aunque tengan que irse a Catar (puestos a poner billetes).
En definitiva, éste es el dispar mapa del fútbol en tiempos del COVID-19. Nos quedan muchas competiciones más por analizar, como la rusa, que se iniciará en breve, o la portuguesa, que se debate entre la suspensión y la reanudación, pero sería demasiado extenso. No obstante, espero que este bosquejo sirva de ayuda. ¡Ánimo y salud para todos!
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