El Mar Interior de César Nistal

Desde que sigo “Cienojetes”, muchos pilares de mi “bien pensar” alrededor de la fotografía se están tambaleando; su potencia “destructora” con sabor a humor negro ha hecho re-plantearme muchos temas, convicciones y enfoques que consideraba casi como “dogmas”. Creo que esto es un ejercicio de limpieza mental que en todos los campos, de vez en cuando, deberíamos hacer para mantener intacta nuestra visión crítica hacia las visiones que otros nos quieren vender como universales. Cuando publicaron el post “A mi novia le gustaban mis fotos”, una parte de mi ser fotográfico, se desprendió del tronco principal y ha empezado una vida independiente y libre de proyectos fotográficos, de fotografía conceptual y de obsesiones verbales para dar sentido a unas imágenes.

Esta semana he dejado que esta nueva dimensión de mi ser fotográfico tenga espacio en Photosatriani y he elegido el trabajo de César Nistal, “Mar Interior”, para dar testigo de que hacer fotos atractivas no significa necesariamente tener detrás una idea, que esta idea se transforme en un proyecto con sus maquetas y que finalmente el todo se materialice en unas imágenes. La fotografía, como dice Cesar, es más fácil que transmite sentimientos que ideas; hacer fotos significa también, como en el caso de esta serie de César, tomar la cámara en un día de verano sin planes, salir al campo en busca de algo que atraiga nuestra mirada, ejercitar nuestra capacidad de ver e ir haciendo fotos a lo que nos parezca atractivo, estudiando la luz, los encuadres, los colores, escuchándose… y cuando nos damos cuenta de que el “ruido” interior no nos permite estar totalmente en contacto con nuestro entorno, nos tumbamos mirando al cielo y allí encontramos el mar interior y empezamos a disparar, disparar, disparar hasta encontrar lo que estábamos buscando, aquel punto de armonía con el mundo que nos permite hacer fotografías que sienten cosas que sentimos. Todo esto he percibido en esta serie de imágenes que constituyen el Mar Interior de César, un mar que ha existido en la mitad de la meseta castellana y que podrá volver a materializarse en vuestros ojos si os dejareis llevar por la insensatez de la imaginación…