Revista Cocina
Hace bastante tiempo que sigo en facebook y en twitter una página de marisco a domicilio llamada Exquisitec.
Sandra es una de las encargadas de comprar y enviar el marisco. Por las razones que sean, tengo la suerte de saludarla cada día en twitter. Si no es por la mañana, es por la noche.
El caso es que un día Exquisitec organizó un sorteo. El premio era una centolla salvaje. La enviarían a la dirección que el ganador quisiese sin coste alguno. Ella necesitaba ayuda para repartir tarjetas de la centolla viajera por toda España, así que, le presté mi ayuda. Sandra es de esas personas entrañables que despiertan simpatía. Ella me envió unas tarjetas para que yo las repartiese y a mi hermano le di unas pocas para que me ayudase.
El tiempo pasó y llegó el día del sorteo. Yo veo cada día sus actualizaciones de estado en las redes sociales y una buena mañana leo un mensaje suyo preguntando a todos los seguidores si quisiésemos que nos llamáse en caso de haber ganado la centolla. Por lo visto, el ganador no daba señales de vida. Yo no sabía quien era y ni corta ni perezosa, le dije que si, que era lo mejor. Menuda alegría se iba a llevar el despistado ganador. Y todo quedó así hasta que al día siguiente, me llama mi hermano y me dice que la centolla viajera ¡¡¡le había tocado a él!!!!
Entre los dos decidímos aprovechar que Sandra tendría que enviar la centolla para hacerle un pedido y darnos un homenaje a lo gallego.
Mi marido era reacio a comprar marisco online, pero os aseguro que ha quedado convencido.
El marisco gallego es el mejor del mundo y con Exquisitec llega a casa en perfecto estado.
Como podéis ver en la foto llega así de bien envalado.
Una vez la caja está abierta, nos encontramos con una hoja donde vienen explicados los tiempos de cocción y la cantidad de sal que hay que echar por cada litro de agua. Genial, ¿verdad?
Las cosas bien hechas, bien parecen.
Y aquí el resultado. Perdonad la foto pero ante semejante festín no estabamos ninguno como para esperar a que yo perdiese el tiempo haciendo fotos.
¡Con esto queda comprobado que las casualidades existen! Y a mí las formas de Exquisitec, me han gustado. Cuando las cosas se hacen con esmero, se nota.