Créame; yo no soy ejemplo de nada, y por consiguiente tampoco tengo autoridad para aconsejar a nadie. No tengo una vida ejemplar, ni ordenada, ni tradicional, ni nada que se le parezca a una vida armoniosa.
Le confieso con una mano en el corazón… mi vida roza el caos aunque visto de afuera siempre se ve divertida y mejor de lo que es..
“A todos nos pasa de creer que la vida del otro es mejor.”
Pero a pesar de eso, a pesar de los desarreglos, resacas, de los muchos errores y los incontables fracasos y derrotas que experimenté en todos los ámbitos de la vida; me considero con el absoluto derecho para darle un único consejo sin temor a equivocarme y sin la necesidad de conocerlo en persona.
Hágame caso… En algún momento de su vida… tenga un perro.
Si… leyó bien, tenga un perro.
No importa si es de raza, mestizo, o un galgo rescatado de las carreras, un pitbull rescatado de peleas clandestinas, un perro de la calle, uno diminuto, un hijo de gran campeón, o adoptado en un hogar de animales…
Cualquiera vale para este consejo…
En algún momento de su vida… hágase un enorme favor a usted mismo, tenga un perro.
Usted podrá ser quizás una persona muy culta, muy informada, haber leído muchísimo… pero lo que se aprende de un perro no se aprende con ningún libro, ningún curso, ninguna carrera.
Créame… es una fuente infinita para el aprendizaje humano, y lo mas maravilloso es que no necesitan hablar su idioma para que usted aprenda.
Es probable que le rompa algún tapizado, le marque con las patas la puerta de entrada, le deje barro en el patio, y pelos por todos lados, incluso le arruine de cachorro su mueble favorito de madera a mordiscones. Pero nada de eso puede inclinar la balanza hacia lo negativo.
Créame, en algún momento de la vida… tenga un perro.
No hay mejor manera de aprender lo que es el desinterés, que teniendo un perro.
Su perro no se va a fijar en la marca de su reloj, ni de su ropa, ni zapatos. Ni si su celular es de ultima generación.
El perro se va a fijar únicamente en el amor que recibe de usted.
En la vida puede defraudarlo un amigo, estafarlo un socio; decepcionarlo un familiar, y hasta ser engañado por el amor de su vida, quien le puede mentir descaradamente mirándolo a los ojos.
Pero jamás un perro lo va a defraudar, jamás lo va a abandonar, ni traicionar.
El perro no le va a pedir nada a cambio del inmenso amor que él le va a regalar todos los días a usted. Y en consecuencia, usted va a experimentar por primera vez una extraña sensación de sentir que a pesar de que haga lo que haga, no alcanza para devolver esa gratitud que el animal le regala.
Hágase un enorme favor, tenga un perro; no se muera sin saber lo que significa eso.
José Martí dijo una vez… “En la vida hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”.
No pierda el tiempo intentando escribir el libro…
Mejor plante un árbol, tenga un hijo y adopte un perro.
Si usted tiene hijos, le va a cambiar la vida a usted y a ellos. Verlos interactuar con el perro, y la felicidad que les genera a sus hijos jugar con él, no se compara con nada.
Ni hablar de que alguien quiera tocar a sus hijos. Van a tener que matar al perro primero para poder hacerlo. Porque un perro no duda un segundo en dar su propia vida por la de su familia entera.
Si en cambio usted vive solo, prepárense para experimentar algo único desde el momento cero.
El ingreso de un perro a la vida de una persona solitaria implica la ruptura de todo silencio en el ambiente, el comienzo de una compañía para toda la vida… del perro claro; porque lamentablemente viven menos que las personas.
Estoy convencido que tendría que ser al revés. Un perro tendría que vivir al menos por tres generaciones de humanos.
En eso la naturaleza no fue para nada sabia.
Mas de una vez se va a encontrar hablándole de temas suyos hasta incluso compartiendole desgracias como si fuera su psicólogo. Y ni le cuento de las veces que usted le va a preguntar cosas a su perro y le va a inventar una vocesita de caricatura animada como si él le estuviese contestando.
Tranquilo… eso no es locura de la soledad, es la magia de tener un perro en su casa solitaria.
Todo eso y una infinidad de cosas mas le va a traer un perro. Si alguien que tuvo o tiene un perro lee esto, estoy seguro que agregó mentalmente muchas mas virtudes y habrá recordado cosas hermosas vividas con su fiel compañero. Cosas que quizás no mencioné porque créame el texto sería interminable.
No lo dude ni un segundo… tenga un perro.
Aunque un día va a llegar el final, y en esta parte me encantaría mentirle, pero no lo voy a hacer.
Es una de las cosas mas tristes que le va a tocar vivir en su vida. Yo diría que es lo segundo mas doloroso en la vida.
Después de la perdida de un ser querido, sin dudas sepultar a su perro es lo que le sigue. Solo la muerte de las personas amadas son mas dolorosas.
A pesar de eso, ni el dolor del final me haría cambiar de opinión, y de consejo… y se lo digo hoy que hace pocos días sepulté al mío.
Y con el ciclo de su vida canina cumplido, y habiéndose muerto en mis brazos después de acompañarme incondicionalmente durante años, puedo decirle sin dudarlo…
Siga mi único consejo…
En algún momento de su vida,ya sea de niño, de adolescente, de joven o de viejo… hágase un inmenso favor…
No se muera, sin haber tenido un perro.