Cada problema a tratar requiere de una temperatura específica de la piedra. Se realizan masajes con las piedras y con diferentes esencias, en cada caso se trabaja una zona determinada del cuerpo. Luego se colocan las piedras en la zona a tratar dejándolas hasta que estas se enfríen. Con este último paso se intensifica la relajación.El calor relaja los músculos con mucha eficacia y permite al masajista poder hacer un masaje más suave y relajante ya que en ocasiones en que el músculo está demasiado contracturado la sesión de masajes se puede tornar molesta ya que requiere de mayor presión y fricción.
Los beneficios van desde la relajación general hasta la descontractura muscular, además de activar la circulación y eliminar toxinas.
