Según los defensores de esta extraña terapia de bienestar, las serpientes ( nunca venenosas, por supuesto) se colocan sobre el cuerpo, y al moverse van presionando
diversas zonas, lo que ayuda a aliviar el estrés y la tensión. Aseguran que las serpientes deslizándose por todo el cuerpo tienen efectos curativos y calmantes.
El tipo de masaje depende de la longitud de la serpiente, por ejemplo, las más grandes alivian el dolor en los músculos de la
espalda. Las pequeñas son para masajear zonas delicadas como el rostro y activar la circulación.
Quiénes ya se han atrevido con esta experiencia, aseguran sentir una sensación de ligera presión y vibración en la piel que les deja relajados.