Los calambres suponen que el músculo afectado se contrae y endurece disminuyendo el riego sanguíneo. El masaje distiende el músculo y mejora la circulación, dejándolo flexible.
En el caso de calambre en el pie: Agarra los dedos y dóblalos hacia tí mientras con la otra mano sostienes el pie por el talón. Aplica el masaje en la planta.
En el caso de calambre en la pantorrilla: Siéntate y estira la pierna afectada e inclina el pie hacia tí, para estirar el músculo de la pantorrilla. Luego aplícate un masaje amasando en dirección a la rodilla. Una vez relajado el músculo, fricciona bien la pierna hacia el pie.